Mario tiene razón... tendemos y yo me estaba debiendo el extremismo al que puedo apelar en mi vida. Y la indignación terminó de crecer y la furia al fin llegó a sus limites, justo un día de terminar mayo.
Inevitablemente me pregunté por qué tardé en tomar esta forma de vida que tanto bien me había hecho en mis años 20's, vivir en el borde, el filo, en el extremo... supongo que la cobardía de querer una vida medianamente normal, aprobada por los demás, amada por un hombre, solventada moralmente, éticamente correcta... dándole gusto a los demás. A LA MIERDA!
No sé si las demás mujeres lo serán... no quiero averiguarlo porque al final me va a dar cólera comprobar que no es así, que siguen atadas a relaciones viciosas, en rueda de caballito, en el interminable "me llama cuando le da la gana", en el "dependo de X cosa" o el "no tengo oportunidades en la vida", el "no tengo otra opción". No es cierto. Si podemos ser extremistas, yo puedo ser extremista. Yo soy extremista.
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