Otro 10 de mayo, otra vez yo en negación de vivir este día. Mayo sigue siendo un cabrón conmigo y el mundo sigue girando a un ritmo que no puedo ni quiero comprender.
Sabes perfectamente que siempre te escribo, no el 10, sino el 15, pero hoy... hoy llovió sobre san salvador e inevitablemente pensé en vos y en los cálidos abrazos que regalaste a diestra y siniestra entre tanta mujer setentera, revolucionaria y frutal.
Yo que soy una viajera de esta vida, no pude enamorarme de un hombre vivo y concreto, sino que vine a engancharme de tu afecto poético, con esa tu cara reventada de tanta circunstancia y yo que fui educada para ser intelectualoide ahora ya no disfruto del flirteo natural. Vieras qué feo, por supuesto, vos entendes esta mi necesidad de contarte esto porque al fin y al cabo ¿qué otra cosas tenes que hacer más que escuchar estas mi palabras? No es necesario que te lo recuerde, pero igual te lo digo: te amo.
Hoy llevé unas mustias florcitas al Playón, caí en la cuenta de mi propia locura y redescubrí la enajenación en otros (y no me dio miedo)... la vida sigue y yo al fin puedo contestarme algunas preguntas que me estaba debiendo. Espero que vos estés bien.
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