Las palabras están de luto, yo también.
El primer poeta que me enamoró no fue le niño que en séptimo grado me dedicó un rústico poema escrito por él.
El primer poeta que me enamoró fue el que me dio tácticas y estrategias, el que me contó una historia de tortura y muerte, el que me dejó sin aliento ante tanta belleza hecha palabra.
Benedetti te fuiste ya de esta situación corporal, pero tu espíritu ha quedado desde hace tanto vagando en las multitudes que amaste, yo no amo tanto a las multitudes, a veces les huyo... me dan miedo, pero cuando vos las defendías, ah... que nobles y que bellas resultaban ser.
Me da tanta pena y tanto dolor que te hayas muerto, pero que alegría y que felicidad es haber compartido este terrenal mundo con vos en él. Te voy a extrañar definitivamente, voy a echar de menos que de repente salgas con nuevos poemas, pero como voy a disfrutar releer todos aquellos que pronto iré recuperando después de mi desprendimiento obligado de libros.
Adios Benedetti, saludame a toda esa gente que ya se fue como vos y que creyó como vos, que este mundo vale la pena en la medida que todos y todas trabajemos por hacerlo mejor y mas justo.
1 comentario:
El cielo neesitaba escuchar sus historias y endulzar sus vidas celestiales con sus versos...
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