Una noche de estas, ya estaba acostada, cuando escuchaba un sonido... como un golpecito en la pared... repetitivo... y como acercándose... cuando de repente se abre la puerta de mi cuarto y entra Sebastian, calladito... me hice la dormida para sorprenderlo en su nueva travesura... entra y empieza a subirse a la cama, camina hacia mi... se detiene justo a la altura de mi cabeza... y empiezo a escuchar que le da golpes a la pared con su mano. No habla, solo golpea la pared... varias veces...
Hago como que me despierto y lo veo ahí paradito sobre la cama y le pregunto: "¿Qué estás haciendo? y me mira... y golpea la pared.... y me dice, mostrándome su mano.. "Cuncudo tía, cuncudo..!" Así es... Sebastian mata zancudos como mi padre: golpeándolos contra la pared.
Este niño cada vez sale con una nueva puntada.
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