me lo han confirmado dos correos en el mail.
Vi a su hija hace unos meses, le pregunté por él, me dijo que estaba enfermo... nunca concreté con ella una entrevista.
Esta mañana oscura me ha caído de golpe la noticia, la muerte siempre es así, sabemos de ella, convivimos con ella, hasta (a veces) nos abrazamos a ella, en una lucha cuerpo a cuerpo, por amarla y odiarla a la vez.
Conocí al pintor y dibujante, hace unos años, cuando Ely y yo atacábamos las paredes blancas del Forma con sus pinturas. Conocí su obra y me encantó. Desde lo abstracto que lo apasionó en los sesentas, a lo figurativo posterior, dándonos una visión bohemia de la realidad del centro de San Salvador: prostitutas, ladrones, vagabundos, indigentes... personajes oscuros que no solo reflejan el diario vivir de nuestra capital, sino que encierran todo el poderío de su denuncia social.
Hombre recio y de corpulenta sonrisa, de brocha desfachatada y a veces lujuriosa, de lienzos que mas parecían manifiestos, hombre de colores y lunas hipnotizantes... todo él, todo un referente para estas y próximas generaciones nos ha dejado un vacío que esta mañana llora el cielo de San Salvador.
Descansá Antonio, saludanos a Camilo y a otros que seguro andarán proclamando arte en las alturas.
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