martes, 30 de abril de 2013

Esa muchacha en bikini

se llama Martha, en la fotografía que la ha inmortalizado, tiene 24 años, ya lleva el cabello corto, como siempre la he recordado, es negro sin fulgor y su piel blanca no tiene ni una sola arruga. Recostada sobre la toalla, sobre la arena de una playa anónima de nuestro país. Siempre le ha gustado el mar, no sé por qué.  Toda la vida ha sido coqueta, maliciosa, siempre tuvo muchos pretendientes y una larga lista de novios, hasta que Oscar llegó a su vida y se instaló permanentemente. Él sentía que aquella sonrisa de ella en la foto le pertenecía. De alguna manera así era.

Martha es trabajadora, le gustan las fiestas y vagar, siempre le gusta vagar... ir al mar, conocer pueblos. Ama a José José y siente una pasión escondida por Rod Stewart. Siempre ha querido formar una familia, es una de sus metas. Su mamá murió cuando ella era una niña de 6 años y desde entonces ha estado viviendo con tías y su hermana mayor. De su papá y sus tres hermanos no sabe mucho, solo que son bolos chichipates y que ostentan el apodo comunitario de "los diablos". A pesar de eso... en su corazón no existe el rencor ni el resentimiento... de hecho, más adelante estrechará sus vínculos y los amará como si fueran niños otra vez, en aquella finca de los Planes de Renderos donde nacieron. Su papá morirá en su casa 14 años más tarde, a salvo de los odios y otras malas pasiones.

"Es linda" dijo Oscar cuando vio la foto, recordó cuando la tomó, porque él la tomó... tomó, también... la secuencia, donde esa misma muchacha de blanca piel y cuerpo muy delgado, en bikini está acompañada de una niña de un año de edad, piel morena y pelo negro muy liso y rebelde, ataviada únicamente con un calzón colorido, ambas distraídas aparecen viendo en direcciones diferentes, Martha hacia el horizonte lejano, la niña concentrada en hacer garabatos en la arena. 

Aquella mujer, es decir... Martha... y aquella niña... es decir... yo éramos las primeras piezas, junto a Oscar, de esta familia de locos que somos. 

Hoy, aquella muchacha del bikini cumple años, ostenta otro tipo de belleza, su cabello es rojizo y ya tiene un nieto, sigue trabajando, el carácter le ha desmejorado, pero ahí está, amando-odiando al mismo hombre desde hace treinta y cinco años, sigue gustándole el mar... y sigo sin saber por qué. Ella empieza a ver otros horizontes y yo sigo entretenida haciendo garabatos en este blog.

Feliz cumpleaños Martha.

lunes, 29 de abril de 2013

La renta

Soy un desastre.

Inicio admitiendo mis incapacidades en el plano de recordar las cosas a tiempo, soy despistada y el agitado modo de vida que llevo últimamente, hicieron que fuera posponiendo el asunto de mi declaración del impuesto de la renta. Miguel se dio a la tarea de recordarme desde el 13 de abril pasado para que no llegara al último día para hacerla.

Es increíble la cantidad de inconvenientes que se sucedieron antes de poder realizar mi declaración esta mañana, si... a casi 48 horas de cerrar el plazo.

Primero: la iba a realizar vía internet, para evitarme la fatiga de ir a dejarla al Ministerio de Hacienda, cuando el buen hombre que me tiene paciencia quiso abrir mi registro para realizarla nos dimos cuenta de algo: yo ya estaba en el registro, pero... ALTO... yo nunca me había registrado ¬¬ por tanto no tenía la clave, muchas preguntas me surgieron: ¿quién me abrió registro? ¿cuál es la clave? ¿con qué correo estaba registrada?

Tuve que vencer mi pena y le pregunté a Edgar si él había hecho el registro, porque él en su papel de buen amigo, el año pasado, me ayudó a hacer el dichoso proceso. Si, ya lo sé... soy una inútil para esto de la declaración. Quince años declarando mis ingresos a Hacienda y no he aprendido, siempre pido ayuda. Resulta que Edgar no me había registrado... por tanto no tenía ninguna clave... por tanto... ¿y ahora?

Miguel que es (a veces en exceso) práctico me dijo... "solo andá a Hacienda y solicitá cambio de correo de referencia y clave". Cómo lo quiero cuando me dice estas cosas, porque solo queriéndolo no me dan ganas de hacerle mala cara. 

La semana pasada, en algún momento entre entrevista y entrevista fui. Tuve que esperar media hora para que se me notificara que la persona encargada de hacer esa gestión... ya se había ido... ¬¬ 

Pensé... voy a ir el viernes... justo ese viernes que pasé tirada en la cama con fiebre de 40 grados... subsistiendo a base del fresco de mango maduro que Lorena, mi hermana, me hizo. No hubo manera que pudiera realizar el dichoso trámite la semana pasada.

Hoy es 29 de abril, faltan 48 horas para que miles de salvadoreños entreguemos la declaración de la renta. Eran las 7 a.m. y el nudo en la entrada de las oficinas del MH era eso... un nudo. Menos mal que la ventanilla a la que iba estaba ostentada por su respectivo burócrata y que no éramos muchos los que habíamos "olvidado" nuestras claves. Entre llenar un formulario, sacarle fotocopia a mi DUI y volver a hacer fila me tardé como media hora.

Al llegar a la oficina me dispuse a realizar los pasos para re-registrarme en el MH... lo bueno fue cuando no pude. Pasé media hora viendo qué puercas pasaba, cada vez que entraba a la dirección que estaba en el diminuto papelito que me dieron, me daba error, estaba que me llevaba quien no me trajo >_< paralelamente Miguel estaba "monitoreando" mi avance tecnológico. 

Hice lo que cualquier otra mujer en mi posición hubiera hecho: llamé al MH. Esperé media hora para que me atendieran, pero cuando lo me atendieron, lo hizo una mujer joven, ella en su inmensa sabiduría me dio las respuestas que estaba buscando y al fin pude conseguir una "clave temporal" para entrar, cambiar mi clave de nuevo y realizar la declaración. 

Con esa tranquilidad volví a hacer lo mismo... lo que cualquier otra mujer en mi posición hubiera hecho: pasarle toda la información a Miguel y que él me hiciera todo el trámite. 

Hoy, a las 11 a.m. mis impuestos, mis ingresos y mi alma estaban registrados y declarados en el Ministerio de Hacienda. 

Quiero ver que se tarden en devolverme lo que me tienen guardado ¬¬

Mayo ya comenzó

No, no ando adelantado el reloj, para mí... en mis experiencias con este mes... veo que dura desde el 26 de abril al 26 de mayo... así que ya... ya estamos en mayo, al menos para mí.

Detesto este mes. 

No puedo decir nada bueno de él desde aquel mayo de hace nueve años en el que empezó a portarse como un verdadero cabrón. 

Por supuesto, la edad (madurez estúpida que quiere asaltarme) hace que empiece a ver las cosas con menos "pasión" y aunque mayo sigue sin gustarme mucho debo admitir que he aprendido a ver cosas lindas en medio para ir sobreviviendo de este tiempo.

El año pasado, por ejemplo, mientras a mi papá amenazaban de amputarle la pierna derecha por una lesión mal cuidada derivada de la diabetes y que mi mamá tuvo un accidente y se quebró la pierna derecha (también), tuve que hacerme la macha y buscar "remedios" para no enloquecer. Buenas cosas se gestaron en el mayo pasado. 

A ver qué deja este que inicia. Una vez pensé que yo a lo mejor me voy a morir en un mayo. Eso si, ya le dije a este que en él no será, porque en junio tenemos que ir a Guate con Miguel y le prohibí que me mande al otro mundo, que se espere el mayo que me saque de este plano existencial, porque al menos en los siguientes tres años ya tenemos planes. 

Hoy que venía en el micro venia negociando los términos de relación con este nuevo mayo. Le dije que me voy a portar bien: voy a comer solo cosas que no me hagan daño, que me voy a tomar mis pastillas y que el 15 voy a entrar al quirofano sin renegar, que voy a volver a escribir a mi ritmo habitual y que sobre todo, voy a guardarme mis comentarios para personas demasiado susceptibles y que no saben que si les digo las mierdas que les digo es porque me importan. Resumen: me portaré bien y espero que él se porte bien.

Voy a buscar canciones lindas, voy a tararear más seguido, voy a terminar el libro-ladrillo y (ya lo cumplí) voy a hacer mis trámites en el ministerio de hacienda, me voy a pelear solo de mentiritas con Edgar y voy a cocinar más seguido y terminaré mis entrevistas y la redacción de este documento a tiempo. 

Así que ya saben... si me muero en este mayo, ya saben cuál de los dos NO CUMPLIÓ su parte de trato. 

Pusimos como firma... como muestra de no agresión un árbol de flor de fuego, que están en todo su esplendor y que abundan en la carretera en la que venía. 

Porque es cierto, mayo podrá maltratarme a mí (de vez en cuando) pero de que se viste lindo, se viste lindo... esos árboles llenos de fuego y fulgor son como una muchacha que se sonroja si le dan un beso inesperado. 

Ándale mayo, portate bien este año, mandame canciones, tiempo lindo, lluvia fresca... decile a Miguel que me bese inesperadamente... yo voy a ser la muchacha subversiva que se sonroja para decirle al viento que vale la pena vivir. 





Efectos secundarios

En este largo trayecto de tiempo y de molestias de la salud he tenido un proceso médico bastante... "peculiar".

No me cansaré de decir que estoy cansada, que  me duele la cadera, que muero de calor cada media hora y que con nadita el estómago se me revuelve.

Pero en medio de todo esto hay efectos secundarios que son aún más atroces... si, más atroces.

Esta mañana venía casi colgada en la honorable ruta 168, que hace su recorrido desde mi colonia hasta el desvío de Quezaltepeque cuando vi a un pequeño cachorro atropellado, no se imaginan lo terrible que es llorar una muerte así en medio de una apretazón de gente que se dirige a sus trabajos. ¿Qué me pasa? Le comentaba ayer a Miguel que lloro por cualquier cosa, que es inevitable llorar por babosadas (tal cual la muerte de un pequeño perro, el cual aún tenía puesta su pechera y que había quedado como dormidito a un lado del separador de la carretera). Existen cientos de perros atropellados en nuestras calles... ¿por qué tenía que ver a este yo? Yo que ahora soy la madre de las chillonas!

Yo le hecho la culpa a las hormonas que tomo en cantidades cuasi industriales... del otro efecto secundario ni les hablo, aún estoy buscando la manera de no sucumbir a los instintos básicos.

sábado, 27 de abril de 2013

Iron Man y las distintas formas de enfermarme

Si... soy un ser bastante silvestre.

Mi vida es sencilla y sin estertores. Hasta que veo una película de Iron Man. Existe una extraña relación entre el estreno de esa película y mis condiciones de salud.

La primera vez, recuerdo que me empezaban algunos síntomas de gripe, Emilia, quien para ese entonces compartía la casa conmigo, me arrastró al cine un viernes por la noche para hacer cola y ver la dichosa película. En el transcurso de la película fui empeorando, cuando salí fui a pasar consulta, el dolor de cuerpo era insoportable y de la clínica comunal me refirieron al MQ por sospechas de dengue, en efecto... me dio dengue.

La segunda vez, gracias a mis contactos en la publicidad, me regalaron dos pases para ir al pre-estreno de Iron Man 2, Edgar, quien es fan, se entusiasmó bastante, recuerdo que ese día, previo a la función comí mal y en la calle, resumen: vi la película entre náuseas, mareos, dolor de estómago y otros síntomas alarmantes... cuando salimos fui al hospital, pasé cinco días internada por gastroenteritis.

Por si las diule, con este estreno, no iré. No vaya a ser u_u

Entender a las personas

A mi no me pregunten de entender a la gente... no.

Es un tanto difícil tratar de entenderlas, a las que una debe de entender porque son la familia (llámense hermanas, padres) cuesta un poco más y puesi, una hace el esfuerzo de tratar de entender siquiera a esta población por vínculo amoroso, pero a las demás... a las demás no tengo obligación de andar entendiéndolas si ni siquiera muestran un mínimo de empatía.

La verdad tampoco las demás personas tienen por qué entender mis silencios, mis malos humores y mis buenos humores, no tienen una "responsabilidad" sobre mí. Eso ya lo sé.

Si todo eso es así... entonces ¿por qué no aceptamos, con tranquilidad las decisiones que se toman? .. aunque no entendamos.

Existe todo un mundo en mi interior que nadie logrará entender algún día y solo mostraré lo que le corresponda a cada quién, sin intentar que lo entienda, solo se lo compartiré. No trate de entenderme, es tiempo perdido, a veces ni siquiera yo sola he logrado entenderme. Yo prometo no tratar de entenderlas, resulta demasiado doloroso, sin entenderlas estamos bien.

jueves, 25 de abril de 2013

Perderse

Existen muchas formas de perderse, en una ciudad, entre las páginas de un libro, en una conversación, en un silencio.

Hoy me he perdido. No solo porque erré la calle que debía tomar en Santa Ana, ni solo porque tengo que reiniciar un capítulo del libro-ladrillo que estoy leyendo, ni porque no pude llegar hasta la última entrevista prevista para hoy. No. Siento que, en días como hoy, me pierdo.

Me pierdo entre mis pensamientos, entre mis ganas de llorar y de no llorar, de contenerme y mostrar mi cara fría e impávida ante estas personas que pasan frente a mí y me cuentan lo maravilloso y lo fabuloso que ha sido vivir, que están tan agradecidos. A mí solo me dan ganas de robarles un rato de su felicidad y tratar de entender por qué hasta ahora recaigo en una mierda que debió haber explotado hace catorce años. Yo no sé... y a veces no quiero saber nada. 

No sé qué es peor, si esta tristeza que me saca a las calles desconocidas solo para perderme o esta constante molestia, de sentirme totalmente decepcionada de la mitad de la humanidad, de no entusiasmarme por casi nada.  

Me pierdo.

No solo porque no tengo respuestas médicas, ni solo porque me auto recrimino debilidad a mis 21 años, me pierdo entre el sopor de los analgésicos y de las pesadillas de personas que tengo muchos años de no ver, me pierdo canciones y cuentos, me pierdo las noticias, las estrellas, tazas de café con las amigas, noches de viernes con Miguel. 

Me pierdo y siento que no me tengo a mí misma y solo me sobrevienen unas inmensas ganas de llorar y me veo tan ridícula tratando de resguardar mis lágrimas, tratando de ser fuerte, haciendo el intento de olvidar que algo en mi interior se está pudriendo. 

miércoles, 24 de abril de 2013

Llovió

La frescura, la bruma... la vida.

Me gusta que llueva, es como respirar otra vez. Se me marcha la tristeza, llega el entusiasmo y empiezo a realizar cálculos para viajar.

Que llueva, es su tiempo... espero que llueva el viernes por la noche.

Derechos de autor

Ayer fue el día del libro y de los derechos de autor.

En este país no se puede vivir de ser escritor o escritora, como en otras ramas del arte, la literatura no es una garantía de que alguna vez vayas a tener carro, casa y comida los tres tiempos.

En mi dui dice que soy escritora, tengo registro de un isbn de un libro que nunca ve la luz gracias a la defensa de mis derechos de autora, es decir, la editorial no puede venderlo si no cumple acuerdos previos a su lanzamiento.

A veces pienso que el proceso ha sido largo y engorroso, tal vez mis sobrinos-nietos vean el dichoso libro, pero no importa, al menos he podido defender no solo un pago, sino la autonomía de una investigación.

Soy una radical, quizá por eso inscribir mi obra en el CNR fue lo primero que hice luego de tramitar el ISBN del libro, soy fan de los derechos de autor, por supuesto, estoy emparejada con otro radical, que tuvo a bien a ilustrarme sobre los CC (Creative Commons) que nacieron ahí por el 2001 y que en un inicio estuvieron pensados en cuestiones meramente tecnológicas pero que ahora han pasado a otros planes existenciales, entre ellos la literatura.

Creo, en serio, que todos tenemos derecho a la información y a la formación que los textos nos pueden otorgar, pero si creo que haya un reconocimiento, no monetario necesariamente, sobre lo que producimos, en todos los ámbitos, no es egoísmo, no es afán de apropiación, ni mucho menos ansias de dinero. No puedo dar una descripción exacta de este asunto, pero para mí tener un libro en la red (por ejemplo) es tener una casa, linda o fea, no importa, que pueden llegar de visita y aprender lo que deban aprender, pero luego irse y compartir, pero eso si... que digan... acá está la dirección, andá vos y aprendé.

martes, 23 de abril de 2013

Mayo está cerca

Tanto que a veces he sentido que se ha adelantado y ha contaminado este abril con días grises y calurosos a la vez, sin decisión, sin identidad.

Curiosamente abril siempre me había parecido fascinante, ahora ha sido cansado, con una interminable lista de cosas que hacer y redactar.

Este abril ha estado plagado de mañanas en las cuales no me he querido levantar, mañanas en las que he perseguido gente para preguntarle media cosa y que solo a veces logra captar mi atención, ha estado lleno de días de silencio.

¿Puede alguien ponerle "pausa" a este tiempo? Sería mejor que cuando le volvamos a dar "play" ya sea junio.


lunes, 22 de abril de 2013

Oscar

Hace cincuenta y ocho años nació en un pueblo del norte de Chalatenango. En su vida ha tenido un montón de profesiones: salsero, vendedor, vigilante, auxiliar contable, contador, cambista y nuevamente salsero. 

Ayer me dijo... vamos al súper... y por supuesto fui. Quería que le cocinara, es mi mejor comensal, en realidad en casa, es el que me gusta que coma, las demás también, pero él más. No sé por qué, quizá sea mala maña machista, no lo sé, tampoco quiero averiguarlo.

Quizá me quedó el egoísmo típico de los niños que fueron hijos únicos bastante tiempo, Lorena nació cuando yo ya había cumplido seis años, así que ese hombre que ha fungido como padre fue mío y solo mío hasta entonces. El asunto es que salir con él, en el acto tan común y corriente, tan normal como ir al súper es una cosa que disfruto.

Mientras buscaba los ingredientes para hacerle el lomo de cerdo que tanto le gusta, recordé cómo era salir a solas con él siendo una niña... las idas al cine, al zoológico, al mcdonald's que estaba frente a la Plaza Morazán (ese que estaba en el sótano de un edificio centenario casi)... los desayunos de domingo cuando mi mamá tenía turno en el hospital y él se dedicaba a buscar la mejor manera de no matarme con sus recetas. Es lindo tener recuerdos con este hombre. 

No lo idealizo... nadie es perfecto en este mundo, tiene un mal genio, deja tirados los calcetines y tiene una manera muy suya de perder las llaves del carro a cada rato... y otros tantos defectos que detesto, que más de alguna vez me han hecho discutir con él, pero al menos discutir con él es poder poner un poco en ejercicio la lógica, es una forma de argumentar de manera adecuada para que las pasiones y ofuscaciones no nos ganen sino arreglar las cosas.

Dicen que el primer amor de las mujeres es su papá, yo he visto a muchas mujeres de mi generación teniendo una relación espantosa con sus padres, siempre tuve temor que eso me pasara, pero al terminar la adolescencia supe que casi nada había cambiado entre ese hombre que me hace llorar de la risa y esta loca. Eso me llenó de alegría. 

No me entiende, estoy segura de eso; no estoy de acuerdo con él en muchas cosas... pero en medio de tantas diferencias entre ambos puedo asegurar que ha sido la persona con la que mejor me he llevado en mi casa, incluso cuando me sorprendía entrando a las 3 a.m. cuando a mis 21 años me daba mis primeras parrandas. 

Hoy se hace más viejo mi viejo. Esta mañana le he dado un beso, no solo porque cumpleaños, sino porque me ha enseñado a ser libre.

sábado, 20 de abril de 2013

Soy un axioma

Un axioma es una proposición que se considera «evidente» y se acepta sin requerir demostración previa. 
En un sistema hipotético-deductivo es toda proposición no deducida (de otras), sino que constituye una regla general de pensamiento lógico, por oposición a los postulados.
(Sacado de la Wikipedia)

Tenes razón, pueda ser que yo sea un axioma, uno que sea lógico sin serlo en realidad, porque... discúlpeme ingeniero... la locura a veces también es lógica. 

No sé cuándo empecé a ser axioma, puede ser que alguien, en mi infancia, formuló que yo fuera algo desorientada, distraída y poco dada a las relaciones sociales, tanto que hasta ahora que usted apareció en mi vida, con su vida establecida, jamás supe cómo tratar ciertos temas, ni ciertas circunstancias, porque si... porque yo soy un axioma ante su proporción, pero el asunto es que acá estamos. 

Vos siendo el lógico que sos y yo... siendo simplemente un axioma... 

Pero es lindo, en serio. A pesar de que a veces no entiendo ciertas cosas, de que no encuentro las palabras indicadas, en ciertos atardeceres, para decirte... "por favor, por favor, no te vayas... quedate conmigo" y en cambio te planto un beso rápido y fugaz frente a decenas de personas que esperan el autobus y me largo al lado del país que me corresponde. A pesar de no saber cómo hablar de temas que no me incumben pero que si me incumben (recordalo... soy un axioma lógico-ilógico), de contarte a medias todo lo que siento cada vez que este dolor me sucede, o que me siento "nosécómo" ante la inminencia de entrar al hospital y tanto que odio los hospitales... a pesar de todo eso y de tantas cosas más... es lindo saber que sepas que soy un axioma.

Porque aunque yo sea este axioma que dice "KR está loca", para mí existe (algo que nace de mi propia experiencia gramatical) un predicado... vos sos ese predicado, ese predicado que determina una acción más importante y sustancial que complementa al axioma que soy y que dice: "pero la quiero".

viernes, 19 de abril de 2013

Tacuba está tan lejos

Esta mañana al despertar recordé que tenía que ir a Tacuba, en Ahuachapán. No quería ir, lo confieso, pero unas cuantas entrevistas que me han tenido entretenida me obligaron.

Y fui.

Me enteré que Tacuba está tan lejos, no tanto por la distancia excesiva, ni su calor inexorable, tampoco está relacionada esa sensación de lejanía a los caminos polvorientos que serpentean por todo aquel territorio.

Tacuba está lejos, es pesado el camino y me sofocó. Pero Tacuba es en especial lejano por una sola razón... no fui con vos.

Tuve un affair

Soy una desfachatada... lo confieso, sucedió mientras esperaba a Miguel, una tarde, sin quererlo, por eso no me gusta ir a almacenes. Me recrimino tanto mi debilidad.

Yo iba pasando por el inmaculado pasillo, pensando en todo, menos en la necesidad de un vestido, porque siempre he sido así, siempre pienso en otras babosadas menos en las que están relacionadas directa y proporcionalmente conmigo.

Estaba ahí, sin arrugas, fresco, lindo... totalmente lindo... me vio, lo vi y fue amor a primera vista, me dio penita acercarme y preguntarle descaradamente "¿te puedo probar?"... y si me decía que no... y si me decía que si! No estaba preparada del todo para cualquiera de las respuestas. 

Antes de descolgarlo palpé su tela, fuerte, áspera, pero combinada con la dulzura del tul bordado, tan suave, tan trasparente. Lo descolgué... vi la hora... faltaban quince minutos para que Miguel llegara, tenía que hacerlo rápido, limpio y sin dejar huellas. Una vendedora se me acercó, quiso interrumpir mi idilio, le dije a secas: "me lo probaré" y caminé firme y decidida a los vestidores.

Entonces entendí lo que sienten las mujeres al iniciar un nuevo amor, esa pena inmensa que nos da al pensar... "Me verá desnuda" la primera vez que nos desvestimos ante un hombre, esa incertidumbre, esa forma paranoica de saberse totalmente imperfecta, totalmente humana, totalmente gorda y llena de cicatrices... soy una tonta al pensar estas cosas, pero es cierto, todas pasamos por eso. 

Y ahí estaba yo, a solas con el vestido blanco, él listo a poseerme y yo lista para entregarme a su abrigo. Puse mi bolsón por ahí y me quité la ropa apresuradamente, dejé que por un instante la emoción me embargara, tenía años, muchos, sin que un vestido me entusiasmara tanto, soy tan difícil de convencer, no basta una cara linda para impresionarme, pero con él todo había fluido.

Me quedé en los paños más indispensables, los más menores de mis paños, lo descolgué, bajé su zipper, volví a ser consciente de la sensación táctil de su tela, era tan hermoso, en público y ahí en lo privado. Me lo puse. El espejo me devolvió una imagen distinta de mí, era yo envuelta en yardas de lino, tul y vanidad, era otra, era otra KR, una distinta, una que no ha estado triste en los últimos días, tampoco esa que anda pensando fuerte y tupido sobre las soluciones que tiene que tener a varias problemáticas; esa que veía era una morena robusta, de abundante cabello negro, con varias canas que hacían magnífico juego con aquel vestido blanco. Cómo lo deseé, entonces, hice lo que debí haber hecho desde el inicio. busqué la etiqueta... y vi su precio.

Qué triste es haberlo encontrado y no tener los $99.90 para llevármelo en su fina bolsa. No. Ahora no tengo esa cantidad disponible, hay tanto que pagar, tanto que viajar desde San Juan Opico a San Salvador, tanto que comer y tanto que hacer otras cosas más urgentes. 

Me lo quité, no sin antes haberme contemplado, parada de puntillas, como si tuviera calzados unos tacones hermosos que le hicieran juego, viendo cómo mi melena azabache caía sobre los hombros forrados de tela transparente y bordada. 

Lo puse en su gancho, salí derrotada del vestidor, busqué el perchero donde estaban sus hermanos idénticos y lo dejé, le dije adiós en silencio... "muestro amor es imposible" susurré. Miguel estaba esperándome, fui a buscarlo y regresé a ser la que era antes de este affair.


jueves, 18 de abril de 2013

¿Por qué es tan difícil?

Un día "normal" se presenta como un transcurrir cronológico son dificultades o sin obstáculos para lo que queremos hacer.

En estos dos días he estado preguntándome por qué es tan difícil que todo salga bien y como quiero.

Las fechas se atrasan, los pagos son duros, tres meses es poco tiempo y una llamada me confirma que tener seguridad laboral será como querer que una mariposa se pose en la punta de la cola de un venado.

La casa, los proyectos, nuevos emprendimientos, nuevos sueños.... es difícil empezarlos en estas circunstancias; quitemos el tema de la salud.

No es que no lo sepa, no es que no caiga en la cuenta, no es que esté en negación, de hecho frases como "eso es a largo plazo" me dan una bofetada fuerte y fea, no porque no sea cierto, o porque quiera hacerme un mal con ella, sino porque me hace pensar que además de las dificultades externas, sucede que últimamente me siento tan cansada, tan de poco ánimo que esto se vuelve una nueva forma de aplazar cosas. No quiero aplazar cosas.

Seguirá siendo difícil, en realidad nunca ha sido fácil y puede ser que me tarde un poco más de lo pensado, pero ya estoy clara de lo básico que necesito para seguir.

Ahora no solo tengo que tener ánimo, tengo que ser creativa.

Y ya van a ver... pronto terminará este tiempo tan raro.

martes, 16 de abril de 2013

Arte y Cultura: Orsai, democratización y popularización

"Hace casi diez años abrí un blog porque me sentía solo en un país extraño, 
me sentía fuera de juego, necesitaba comunicarme con los míos y por eso le puse "Orsai", 
hoy estoy seguro que la industria de la cultura somos los lectores y los autores y nadie más... 
la cultura debe ser libre y gratuita"
(Hernán Casciari, charla en TEDx Río de la Plata, noviembre de 2011)


Por supuesto reunir tres conceptos ligados a la cultura (y en mi propio interés, también a el arte) es difícil. 

El domingo pasado fuimos al Museo de Arte de El Salvador (MARTE) con Miguel, tenía al menos tres años de no entrar al museo que fue mi refugio mientras estuve cerca de industria cultural. 

"Teórica del arte" ese era el título que se me asignó durante dos años de mi vida, nunca me han dado un título tan indigno como ese, fuera de que me encanta el tema del arte, la cultura y esa capacidad que tienen para abrir al ser humano a la sensibilidad y el desarrollo me di cuenta que jamás... y dije JAMÁS... entenderé a las esferas elitistas de mi país, que han hecho que el arte y la cultura permanecieran solo en sus salones, bibliotecas y pinacotecas. 

Por supuesto, no estamos en los años 50's y 60's cuando solo las catorce familias y algunos presidentes pudieron tener acceso al aprecio y conocimiento del arte y la cultura. Los demás... los que no somos de esas capas sociales solo podíamos tener acceso si somos tercos y contar con la suerte de conocer a alguien que viera un "potencial".

Mucho se ha avanzado. Antes es un tiempo verbal que va quedando más lejos, aunque falta mucho por recorrer en el tema. Ahora se pueden contar con programas de acceso a la formación artística en el país, por supuesto no como yo quisiera, pero eso es porque yo soy exigente hasta con las piedras. Mi papá siempre me lo ha dicho... soy una persona siempre fuera de lugar... porque es cierto, para mí, todos los salvadoreños y salvadoreñas deberíamos de tener acceso no solo a programas de formación artística profesional, sino también al acceso a la educación cultural para la apreciación del arte. 

Claro que todo esto, en este país ideal, ese en el que quisiera vivir, tendría que hacerse una inversión monumental en tantos aspectos, hasta en los más mínimos, inversión que no es tentadora ni vista como necesaria. El arte y la cultura no solo carece de inversión, sino que aún existen algunos acaparadores. 

Es difícil. Es difícil pensar en una humanidad que sea sensible, que sea creativa... hasta que alguien dice/hace algo que merece réplicas.

Pienso en Hernán Casciari, por supuesto, es argentino, residente en Europa, que no solo tiene una educación  superior, sino también ha tenido el buen tino de acompañarse de otras personas que vibran a su misma frecuencia. Se sintió solo, pero no lo estaba en realidad. 

De alguna manera, quizá un poco retorcida, Hernán implementó... sin saberlo... la democratización de la industria editorial (parte de la cultura), para ello primero tuvo que pasar por un tiempo de revolución y arriesgarse a "chuparse un huevo" si su plan no funcionaba. Fue valiente. 

Miguel dice que no le gusta el término "democratización", que para él lo correcto debería de ser "popularización". Le di vueltas a su argumento durante más de un día y llegué a una conclusión. Este país no está listo para una popularización del arte, tal como la plantea Miguel, porque no hay un acceso directo de las masas al arte. Primero tiene que darse una democratización, no para que siga siendo parte de una élite, sino para forjar una nueva generación, no solo de artistas, sino de un pueblo completo que pueda defender su derecho a la identidad cultural, que hasta ahora solo se queda en una selección de fútbol,  a un torito pinto o expresiones artísticas menos elaboradas. 

Ya sé que le pareceré a Miguel... y a otras personas... una elitista, una hijadeputa, arrogante educada por jesuitas, una "teórica del arte" que jamás ejercerá una maestría de ángeles y arcángeles en un país centroamericano, porque como me pasó con otros estudios que me propusieron en la juventud  me parece que es terminar sirviéndoles a los altos poderes económicos. 

Conclusión: Antes de la popularización de la cultura, debe darse una democratización de esta... pero antes de todo eso, es saberse fuera de lugar, agarrar ese sentimiento y hacer algo valiente. 

lunes, 15 de abril de 2013

Simone y Jean-Paul

Ella fue educada en la más estricta moral cristiana, él estudiado en la élitista Escuela Normal Superior de Paris.

Ella feminista, él existencialista. Ninguno se afilió nunca al Partido Comunista, pero eran simpatizantes de la izquierda de aquel tiempo.

No se jodieron la vida con trámites innecesarios e imposiciones sociales, fueron amigos, amantes y hermanos solidarios. Vivieron juntos y fueron autónomos.

Él murió un 15 de abril, ella un 14 de abril... seis años después. Reposan sus restos en una sola tumba. Yo los admiro.


Carlos Cañas y el color que nunca logramos poseer

En 1996, cuando yo era una cría impetuosa y arrogante (más de lo que soy ahora) un buen profesor que tuve nos mandó al Patronato Pro Patrimonio Cultural a ver la colección de arte que inició hace más de 50 años una señora que se llamó Julia Díaz, fue entonces cuando vi por primera vez un cuadro de Carlos Cañas. Quedé maravillada. 

Fue amor a primera vista, el cuadro titulado "Mango y Mandarina" fue solo el inicio de una larga relación que este día terminó. Así es, terminó hoy porque esta madrugada me he enterado que murió el maestro Carlos Cañas. Nunca más nos sorprenderá con una pintura, con un dibujo, con sus colores fuera de orden. 

Dirán algunos que soy una exagerada, que no es para tanto y aunque la muerte de las personas es una cuestión natural y lógica no deja de conmocionarme, quizá de manera estúpida, que los artistas mueran, es como si un poco de nuestra identidad cesara de existir, es como si un poco del color que la vida posee se volviera opaco y lechoso. 

En el 2007, mientras trabajaba en el Museo Forma tuve la grata experiencia de conocer al maestro, fui a su casa y vi su estudio, era un caos hermoso de paletas, pinceles e ideas en papel, era ya un anciano y el tiempo y la fama le habían afinado la arrogancia, el orgullo y la humildad no era su compañera, a mi me trató bien, me recibió un par de veces y yo parecía niña en juguetería viendo sus cuadros, sus bocetos y sus ideas. Es de las pocas cosas que le agradezco a ese tiempo en el museo. Siempre que podía iba a la sala No. 2 donde reposaba sobre una pared blanca el primer cuadro suyo que vi y que fue el culpable de mi amor platónico. 

Ayer, 14 de abril, fuimos con Miguel al MARTE, vi sus cuadros, aprecié su trazo, me volví a maravillar con sus colores, "El Sumpul"  y "Perros" me recordaron que todo salvadoreño debería de ir a ver su obra, no solo conocerlo a él sino a todos los que se agarraron los pantalones y se dedicaron enteramente a ejercer el arte y la cultura en este país que es poco menos que una sentencia a la pobreza y a la muerte sin reconocimientos. 

Ayer, 14 de abril, a las 10 p.m. Carlos Cañas murió. Ante las noticias de un Maduro ganador en Venezuela, el recordatorio de los 33 años sin Sartre y tantas y tantas noticias más, la primera, la principal, la más arrolladora, es esa. Carlos Cañas ha muerto.

Gracias Carlos, muchos no habrán entendido tu carácter, como a tus cuadros; no hacía falta. Porque a vos solo se te podía admirar u odiar. A mí solo me queda, cada cierto tiempo, ver de nuevo tus cuadros, maravillarme de tu fresco del Teatro Nacional, recordarte en cada línea, en cada color, en cada sufrimiento de nuestro pueblo.

domingo, 14 de abril de 2013

¡Se va a casar!

Seamos honestos, sabíamos que esto iba a pasar tarde o temprano... la verdad, más temprano que tarde, pero ya cuando se plantean las cosas ya es distinto.

Ella tiene 21 años, acaba de terminar una carrera y nunca en su vida ha trabajado en serio, creo que lo más difícil, laboralmente hablando, que ha hecho es hacer sus horas sociales a mi cargo en Suchitoto. De ahí... ha tenido una vida al suave.

Ella tiene una forma muy particular de ver la vida, nunca fue Mafalda, siempre fue Susanita, cómo la he amado a pesar de no entenderla, pero ahora, mientras le manifestaba mi preocupación sobre el caso a Miguel, él... (de quién he empezado a sospechar no solo que me quiere, sino que me ayuda a superar estupideces que tenía desde antes de conocerlo) me dijo algo bien cierto: No puedo medir sus decisiones con el parámetro que autoimpongo, no puedo juzgarla y lo que me queda es alegrarme (profunda y verdaderamente) de sus alegrías y si acaso darle algún consejo que le pueda servir. 

Sé que no es ahorita, no será mañana tampoco... conociendo a mi madre, esto será un acontecimiento de larga y profunda preparación logística y podré no estar de acuerdo con tantas cosas, pero lo que toca ahora es alegrarme por su felicidad... y socar que todo esto funcione.



¿Qué se siente?

Seguir aquí...
Buscar la misma canción,
caminar sin dirección,
este constante dolor en el vientre,
ver fotografías de antaño,
borrar recuerdos.

Tuve que olvidar.

No recuerdo qué se siente.
Nunca supe que se siente,
explicame vos,
aclarame vos.

¿Qué se siente?

Vivir de las madrugadas,
el cansancio del amor,
sostener diálogos imaginarios
con tu último recuerdo,
buscar la forma de besarte
a pesar de la distancia,
asistir a la ceremonia semanal al mercado,
buscar la fruta que prodigue bonanza,
ver crecer unos hijos que nunca tuve,
sentirse adoptada por un gato,
amar a un perro,
desmembrar libros con la mirada,
encontrar tedio hermoso y apreciarlo.

¿Qué se siente?

Ahora que estás clavado en mí,
yo te voy a decir qué se siente
recitar los poemas que me has mandado,
soñar las canciones que me has regalado,
cuidar el curso estelar durante estas noches,
espantar el miedo con dulces orgasmos.

Vos decime,
qué se siente
ver televisión sin pretensiones,
planchar tus camisas,
escoger mis faldas,
correr contra reloj cada mañana,
buscar la vida que se escapa.

¿Qué se siente?
Jamás ostenté cotidianidad,
siempre huí de la rutina,
espanté el aburrimiento
de las tardes de domingo.
Lastimé una vida normal.

Vení,
sentate junto a mí
contame qué se siente.

jueves, 11 de abril de 2013

Misterios femeninos que JAMÁS...

y si... dije... JAMÁS... voy a entender. (Este post lo tenía en deuda)

Hay dos cosas, o formas de pensar que no entiendo de la mayoría de mujeres. No digo todas porque resulta que conozco y tengo amigas que no piensan de esa manera, lo que me hace pensar que esto que no comprendo no está en el adn femenino y descartamos de entrada, aquella mítica frase de los hombres... "todas son iguales".

Dos temas concretos en los que me caen mal los pensamientos tradicionalmente femeninos:
1. La maternidad.
2. La infidelidad.

Así como tengo un amigo que me dice las cosas más desubicadas, tengo (o tenía... no lo sé) una amiga que me tenía un poco psicosiada con la bendita maternidad. 

Hace poco más de un año le pedí, encarecidamente que no me copiara o mencionara en esos post, mails y/o tuits referentes a la maternidad, por una sencilla razón: no tengo hijos, no me interesa tenerlos y ahora menos que nunca no los podré tener. En aquel entonces la doña en cuestión cesó un poco en el asunto. No se imaginan lo bueno que fue. Una cosa es escuchar a una persona, EN PERSONA, que te cuente algo de sus hijos (algo puntual y que no sea el único tema de conversación) , pero eso de estar viendo o leyendo consejos maternales, que si las tareas, que si las llamadas, que si nosequé...  en las redes sociales es hostigue. Sin embargo lo asumí como parte de la amistad que nos unía. 

Hasta que un día, el primer correo que me cayó en ayunas fue una serie de fotografías de su bebé. En mi más sincero estilo se lo dije... lo siento, no me conmueven sus fotografías. Me hice acreedora de una frase y por supuesto del silencio y la discriminación. No más menciones, no más chistes, no más DM... no más nada. 

Acá van las dos cosas que no entiendo en todo este tema:

1. ¿Cómo una persona puede volcarse tanto y tan completamente a sus hijos? Existen otras madres, igual de cariñosas pero que son profesionales y mujeres con otros intereses y objetivos en la vida (aunque lo sé... al final siempre todo afecta a sus críos, de manera positiva). Quizá fue eso precisamente lo que me daba miedo de la maternidad en mi primera juventud, perderme en mis vástagos. 

2. ¿Cómo quiere una mujer con hijos que una mujer sin hijos entienda sus más profundos y emotivos pensamientos, justo cuando la que no tiene hijos pasa por una época en la que la idea de la maternidad ya no es cuestión de opción, sino más bien una imposibilidad? Empatía que le mienta, vea?

Vamos a la cuestión de la infidelidad.... tema duro y arduo.

Empiezo  con esto: nadie puede cambiar si no quiere y nadie puede hacer cambiar a otra persona. De este modo, entonces... ¿por qué las mujeres insisten en "cambiar" a sus parejas en cuanto a este tema? ENTIENDA, si le es infiel, entonces cambielo, pero por otro. Así es, váyase. ¿Falta de coraje y valentía para hacerlo? bueno, eso ya es problema de cada una. 

Ahora bien, si decide quedarse y "perdonarlo" entonces no haga de su vida un drama... perdónelo, está en su derecho, puede maltratarlo un rato y después, ojalá que no le suceda de nuevo, pero si le pasa de nuevo... entonces asuma las consecuencias. Así de fácil. No, no voy  a hablar mal de los hombres infieles, ¿sabe por qué? porque las mujeres también tenemos la misma capacidad y oportunidad de ser infieles y muchas deciden serlo.

Miguel tiene una teoría: se es infiel si se busca la ocasión, es decir... si uno quiere ser fiel es fácil: no anda buscando ocasiones para no serlo. Honestamente a mí me parece que es lógico.

Conozco mujeres que se quejan de las infidelidades de sus parejas y disculpan sus indiscreciones con un "pero él hace lo mismo". Simplemente no entiendo.. y de paso andan buscando que otras mujeres aprueben sus conductas. 

Por supuesto que sé que las relaciones de pareja son complejas, pero hay mara que se esfuerza por hacerlas un calvario.

Todo se reduce a algo bien simple: si es feliz... sea feliz, si no es feliz (y ya intentó todo desde su propia dignidad y amor propio)... pues déjelo y sea feliz por su lado, si no tiene hijos será más fácil, si los tiene, será difícil pero se lo aseguro, usted tendrá vida y al tenerla... la tendrán sus críos. 

Ahora bien, sé que en mi incapacidad para entender todo esto... está mi capacidad de caer mal ante estas mis opiniones, y parafraseo a la sabia Mariana: "¿si no le gusta lo que digo, entonces para qué me lee?".

miércoles, 10 de abril de 2013

Repensar las cosas

Hace un mes fui otra vez donde el doctor, iniciamos un "tratamiento alternativo" porque la economía y situación laboral no están como para que yo pueda decir "mañana me opero". 

Me lo advirtió claramente, para que el asunto no fuera TAN caro, tendría que esperar dos meses, en ese lapso de tiempo estaría con el ya mencionado tratamiento. 

Por supuesto, al salir del hospital, lo primero que pensé fue... "no quiero". Y ha sucedido eso, que he estado en una mi gran negación desde noviembre pasado sobre este tema de la salud. Empezaron a pasar los días y semanas y todo parecía que como por arte de magia todo se reducía a una leve y cuasi imperceptible molestia. Empecé a pensar que quizá a los dos meses ya no sería necesario hacer ningún procedimiento. Soy bien tonta a veces.

La semana de la vacación, a mediados inició lo que me parecieron los días más largos en varios meses, el dolor era insoportable y la incomodidad atroz. Sinceramente, no hallaba qué hacer con este cuerpo que habito, no encontraba puesto y los analgésicos me dopaban al punto de pasar dormida a todas horas, pero no era un sueño reparador, sino como de terrible soponcio, fueron días en los que mi rutina era... levantarme, tomar agua, ir al baño y regresar a la cama. Tuve que zarandearme solita para salir de eso, fue así como un día se me ocurrió hacer lo que siempre me ha ayudado en tiempos de desolación: cocinar.

Nunca me he cuidado en serio, digo... la salud, como mal, duermo mal y vivo siempre con prisas y puesi... una no es de hule, quiérase o no, esta etapa de mi existencia es pura consecuencia de ir atrasando cosas. Pero pienso así cuando estoy en esos días de dolor, luego me olvido y empiezo a pensar que soy fuerte y que no tengo por qué pensar en procedimientos, raspados u operaciones. Soy bien energúmena conmigo misma. 

Ayer me dolía la espalda baja, supuse que la nueva rutina laboral me estaba haciendo presión en la lesión que hace años me hice gracias a una grada y no le hice caso. Cuando en la noche iba a casa con mi papá... sentí. Fue bien claro y preciso, fue como sentir, no oír, sino sentir cuando una manada de caballos se acerca... la tierra tiembla. A mi me tembló el vientre, en serio. Sentí como algo dentro de mí se movió y sobrevino el dolor. 

Pero este dolor no era como el dolor de una semana atrás, ni como el de enero, ni como el de diciembre. Era un dolor distinto, como más de patada, como más agresivo, como buscando pleito conmigo. Me asusté. Pasé 4 horas de dolor intenso, cada quince minutos veía el reloj, esperando que sin necesidad de ponerme la inyección que me dio el doctor "por si acaso", el dolor disminuyera. No pasó. Tuve que ponérmela porque hoy tenía que vivir de nuevo, venir a la oficina y leer, escribir y corregir. El dolor se fue. 

Emmety tiene razón, nadie quiere cambiar sus rutinas en estas situaciones, una quiere ignorar a los doctores y quiere pensar que nada sucede, que todo... afuera y adentro... sigue igual, normal, limpio. 

A lo mejor no solo necesito sanar mi vientre, a lo mejor tengo que aprender tantas cosas, entre ellas, aceptar que dentro de un mes debo obedecer a mi doctor.

lunes, 8 de abril de 2013

Tacones

Platicando con Miguel ahora caí en la cuenta que no tengo zapatos, digo... disque formales y como la gente suele pensar que zapatos formales para mujeres se reducen a tacones, pues resumamos el asunto en que no tengo tacones.

En esta etapa de re inserción a la vida capitalina y laboral, resulta que debo tener tacones. Nunca me gustaron. Son incómodos, cansan y son prácticamente una forma de tortura. Sin embargo, debo reconocer que también son una fuente insuperable de autoestima a razón de 5 centímetros extra, enaltecen el "derriere" y se constituyen en una fuente de poderío mágico a quienes los saben llevar.

Ciertamente la vida se ve distinta en tacones, hasta se puede llegar a ser entusiasta con futuros inciertos o con encuentros inesperados, quizá me ha faltado valentía para llevarlos más seguido, a lo mejor los he evitado a razón de detener a la mujer agresiva que puedo llegar a ser, o simplemente... como ya lo dije antes, me duelen los pies al terminar el día.

De todos modos, no importando que sean solo para una ocasión, o si me los voy a tener que poner casi a diario, no importa... es hora de ir a comprar unos.

Pregunta capciosa...

¿Qué es peor que tener una mala memoria, teniendo una inventiva distorsionada y fuera de lugar, que se te ocurren los temas y títulos más ingeniosos para varios posts de tu blog y tener una libretita para anotarlos?

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Respuesta: Perder la libretita.

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PD... Si usted, perdió el hilo de la pregunta, le recomiendo que busque un texto sobre "lectura comprensiva" le va a servir en la vida.

Creo que estoy aburrida

Porque el tiempo de inactividad laboral es terrible, supongo que no soy apta para ella.

En épocas así es cuando debería de estar presente la inspiración, porque al fin tengo tiempo para escribir todo lo que tengo en mi cabeza, pero no... me quedo callada y sin decir mucho y el tiempo se hace largo.

Quizá estoy aburrida. A lo mejor me extrañan ciertas cartas o mensajes, me preocupa que la gente sea tan "apegada" solo por que si. A lo mejor esto se da porque yo soy la insensible. No sé.

En este aburrimiento no sé muchas cosas, pero peor aún... no quiero averiguar. Me dedico a hacer planes a corto, mediano y largo plazo. Calculo movimientos, trayectorias y mudanzas. Busco lo más elemental para vivir (cuando ya no esté aburrida) y pienso en los colores que quiero ponerle a mis paredes, cuántas cervezas le caben al freezer de la refrigeradora y si de vez en cuando pueda soñar con tener un perro. 

Estoy aburrida y quizá por eso, cuando pienso en un bar, se me cruza la idea de ir a tomar clases de cocina para hacer unas boquitas ricas y fáciles, de buscar fotografías de muebles para un negocio o calcular la temperatura perfecta para visitar México, Madrid y Barcelona... 

El aburrimiento es peligroso, sino miren cuántas mujeres, a excusa del aburrimiento, se pusieron a tener hijos sin tener la capacidad emocional de cuidarlos o verlos crecer felices... o de los muchos hombres que tuvieron sueños y que el aburrimiento les dio (a ellos y a sus sueños) el veneno fácil de lo incumplido.

Estoy aburrida y de alguna manera eso me preocupa, porque entonces... el bar cerraría antes de tiempo, los aviones nunca despegarían y yo seguiría acá... haciendo rellenos de papa y guisquil... 

¿Acaso necesito más? ¿qué será ese "más" que necesito? Espero que no, que solo sea que hace mucho calor o que simplemente hoy tengo sueño.

miércoles, 3 de abril de 2013

¿Qué hacer cuando se pierde la paciencia?

No... no mande cartas que no debe, no conteste nada a su interlocutora porque sabe que será peor, no mande a reimprimir todo por un pequeño detalle, busque soluciones factibles, fáciles y rápidas.

No... no se enoje (aún más), al final usted es la que queda brava mientras los demás están "muy bien, gracias".

Mejor vaya... entre a youtube y busque música que la calme... puede ser así:

 

Abra su cuenta de Pinterest y busque decoraciones para su espacio futuro.

Recuerde que... al fin y al cabo... se quedan solo los que deben quedarse.

martes, 2 de abril de 2013

Aquella necesidad

A diario a cientos... miles de salvadoreños nos caen dos correo diarios, sin falta, de dos empresas que se dedican a promover, a base de oferta a diferentes empresas de servicios.

¡Qué joden con los dichosos correos!

No he de negar que en algún momento cae una oferta que tiene el poder de hacerme levantar la ceja derecha en señal de interés. De los dos años que tienen de estar enviándome correos, solo UNA VEZ he comprado un cupón. 

Restaurantes, cervezas alemanas, manicura y pedicura... servicios de salas de belleza, depilaciones, polvo de diamantes para dejar terso el rostro, mantenimiento para el vehículo, aventuras a granel... pero sobre todo... ante todo y como cuestión primordial: paquetes de reducción de peso.

¡Qué ganas de moldearla a una! 

En todo sentido... me hicieron pensar, todos estos correos, que el modelar a una persona, en especial a una mujer, es sacar su instinto comercial y hacerla gastar... gastar, gastar.... comprar... comprar... además de dejarla tal cual quinceañera... fresca y rozagante... piel fina, sin vellos y sobre todo... delgada. Me parece que si es una cuestión de buena salud (física y mental) estar en un parámetro aceptable de peso, es justificable... pero si no?

¿Será que hay demasiada tendencia a gastar los muy limitados recursos nacionales en moldeo de caderas? Así lo dictamina la señora sociedad, la buena costumbre de ser como todas las demás, la tendencia a gastar desmedidamente. 

Qué jodidas estamos, si pensamos que para ser reconocidas y/o aceptadas debemos ser la copia latinoamericana de otras razas muy distintas a la nuestra. 

Claro... compre un cupón para ir a comer parrillada y luego un cupón para ir a rebajar las calorías de la cena. Todo está al alcance de su mano y de su tarjeta de crédito o débito.

Misterios masculinos que JAMÁS...

y dije JAMÁS comprenderé... 

ADVERTENCIA: con este post es posible que caiga (más) mal. Si usted quiere seguir teniéndome cariño luego de leerlo, recuerde... no es maldad, es búsqueda genuina de respuestas a mis interrogantes femeninas.

Así es. De hecho el objetivo no es comprenderlos, solo visibilizar algunas "cuestiones prácticas" que ellos creen prácticas y en realidad no lo son. 

La semana pasada tuve uno de esos días que nunca más quisiera volver a vivir bajo ninguna circunstancia, con nadie que yo quiera. Fue un mal miércoles... pasé con un incesante sentimiento de desesperación y temiendo cosas horribles. Mientras los pensamientos más creativos pasaban por mi mente y mi corazón estuvo exaltado de manera negativa, un amigo me acompañó un rato. Se lo agradezco, en esos momentos feos, pasarlos con un amigo ayuda mucho.

Pero en medio de todo esto... no sé cómo llegamos a la plática de las parejas. Bueno, si sé cómo llegamos a esa plática, pero lo que no comprendo es lo que dijo. Resulta que la tesis de mi amigo apunta a que los seres humanos deberíamos tener múltiples parejas, por ejemplo... una pareja con la que se sienta "cómodo" intelectualmente, otra con la que pueda coger a su antojo, otra con la que pueda hacer planes a futuro, otra que le cocine rico, otra que lo cuide si está enfermo y otra que lo mate si ya no aguanta el dolor de la vejez. 

Verán... a mi eso de que los hombres quieran tener varias parejas no me sorprende ya, no por gusto estuve pensando en el tema de la monogamia antes de las vacaciones, pero es peculiar escuchar a un hombre hablar abiertamente del tema. Puede ser que mi amigo se sintió en tanta confianza conmigo como para decir todo lo que dijo sin tapujos. 

Lo escandaloso no es la poligamia, lo escandaloso para mí... es que mi amigo se siente tan terriblemente solo como para querer llenar sus expectativas y sus vacíos existenciales con demasiadas mujeres, más terrible es que, teniendo "la pareja que siempre deseó cualquier hombre" resulte que piense que esa muchacha no cumple sus altos estándares de calidad... si es así... entonces ¿qué hace con una persona a la que en realidad no respeta? (que conste que no hablaré sobre las infidelidades o intenciones de éstas, o sobre el tan trillado concepto del respeto moral, me refiero al respeto intelectual, si lo quieren llamar así). 

Luego pienso en cómo soy yo como pareja y creo entender por qué durante años y años no he sido la pareja ideal para ningún hombre... es simple... nunca busqué llenar las expectativas de otra persona, anantes logro llenar mis propias expectativas y cumplir, medianamente, con mis objetivos de vida, como para desvivirme siendo la que otro quiere que sea. ¿Acaso no es más fácil ser la persona que se es y si encontrás a alguien que disfruta el tiempo con vos cerca, disfrutar de esa mutua compañía? ¿Acaso esa "forma de pensar" de mi amigo (y de tantos otros hombres) no es el inicio del maltrato psicológico y emocional? 

Claro, existen otros tipos de maltratos contra las mujeres más visibles, más concretos y físicos, pero también esto... es maltrato.  En algún momento recuerdo que le pregunté a mi amigo qué sucedería si su pareja decidiera tener a otras parejas... "al menos que no me entere" dijo, lo que me hace pensar que no le gustaría saber que le ponen los cuernos. Supongo que es una cuestión de territorialidad. 

Es complicado... a veces demasiado para una mente, como la mía... "demasiado racional". Comprendo que las mujeres medimos de manera distinta las relaciones, también se da de una manera complicada, pero nunca, creo que nunca comprenderé cómo miden las relaciones los hombres, o quizás la plática tuvo más impacto porque ese día solo deseaba una tan sola cosa... que a mi celular cayera un mensaje de él, de nadie más. 

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PD. No crean, también algunas mujeres me sorprenden en cuanto a este tema, de hecho y para que no se me acuse de parcial, en algún momento de la semana también les contaré de una conversación sobre la monogamia que tuve con una amiga. Espérenlo en próximos posts.

lunes, 1 de abril de 2013

Quiero contar una historia

llena de palabras, llena de días y noches para recordar. Puede ser que no sea mi historia, a lo mejor vos no estés en ella. Puede ser que sea la historia de una de mis hermanas o la de una de tus hijas. A lo mejor el protagonista sea mi Sebastian o tu sobrino. No importa.

La gracia de contar una historia no es saber entretener, es saber recordar. Quizá por eso me gusta la idea de contar una historia, porque mi cabeza que es un caos, este corazón que es un torbellino, estas entrañas que me duelen encontraran calma y recordaran esa historia que saldrá de mis dedos, de mis teclas, de mi sueños. 

Quiero verte leer esa historia, agarrar cada página, cada palabra, cada letra con el primor absoluto de saber que es una historia de amor y horror, de saber que es fantasía y cotidiana, que es el compendio de un mundo terrenal y concreto con un mundo que solo vive dentro de mí. Que sepas que invertí horas, días... una vida completa en entrelazar cada hilo de esa historia. Que aunque yo la haya escrito y que vos la leas en realidad esa historia no nos pertenece a nosotros, que es para todos, que es para nadie, que es una forma de pasar a ser eternos y otra forma de finalizar nuestras vidas. 

No sé cuándo termine de escribirla, la inicié mientras te esperaba para acompañarte al hospital, ahí... en medio del paso de miles de personas, ante la mirada atónita de hombres que ya no creen en el amor... ante la mirada de mujeres que se sienten vacías. 

Serás vos el depositario de esa historia, tal vez te vuelvas guardián de los detalles más intrincados, entenderás el sentido de una canción en ella, entenderás los gestos de sus personajes, comprenderás perfectamente cada vocal, cada consonante, cada referencia, cada viento en los cabellos de sus protagonistas. Entenderás entonces muchas cosas que me rodean. 

Quiero escribir una historia, posiblemente vos le harás correcciones, porque así sos vos... me dirás qué hay que mejorar, qué es lo que no te guste... yo te escucharé, pero para entonces, ya te habré observado mientras la leyeras... y ahí se dará el inicio de otra.