lunes, 14 de junio de 2010

Mañana de contundencias

Porque no solo ha sido un correo, también fue el señor que me tiró el carro mientras pasaba en la franja para peatones y el semáforo estaba en rojo, fue el café amargo que me tomé... que me tomé así porque no había azúcar, fue el señor del bus que casi atropella a otro cristiano... y el resto de humanidad en el bus bien asustada.

Contundente.

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