lunes, 21 de junio de 2010

Mapache vrs. la adversidad de la hermosura

Siendo la mujer tímida e insegura que soy… porque sí, lo soy… reencontrarme con una de las series que más me han gustado… porque si, en el fondo soy girly… me pone a pensar en todo eso que implica estar implicada en una relación con otra persona.

Cito a Carrie Bradshaw en este momento: “De pronto sentí que yo apestaba a jazmín, cuando todos olían a Chanel… Pensaba que me había conformado con mi físico al cumplir 30 al darme cuenta de que ya no tenía energía para ser superficial.”

Resulta que la mayoría de veces no me siento bella, no es que no me preocupe mi apariencia, simplemente que no me afano como otras mujeres en el esfuerzo sobrehumano de parecer más alta, más clara de piel o de tener una cabellera de lujo. Durante mucho tiempo al verme al espejo han sido más evidente (a mis ojos) la imperfección consecuente del insomnio: ojos de mapache (ojeras pronunciadas), sin contar que tengo piel seca en algunos sectores y en la “zona T” soy depiel grasa… toda una bipolar hasta en eso. Además esa mi infrenable tendencia de aumentar-rebajar diez libras, dependiendo de la época del mes ¿No le ha pasado a usté, querida amiga, que hay días en los que amanece sintiéndose rotundamente gorda, que no logrará entrar en ningún atuendo, no al menos sin la ayuda de una barra de margarina para que deslice hasta su lugar? A mi si me pasa… a cada rato!

Mi madre sigue insistiendo (desde mis 16 años) con la cantaleta de que me maquille, quizá le dá estress verme las ojeras; que me haga experimentos radioactivos en el cabello, que cambie la química de mi piel, que use tacones. De alguna manera los ojos de mi madre son los ojos del resto de la sociedad que prefiere mujeres bellas y no mapachitos escondidizos como yo.

Recuerdo que una noche, mientras cenabamos le comenté esto a Iba Pasando, esto de no sentirme “bonita”, se lo comenté sin la desfachatez de saber su opinión, sino más bien para que supiera de mis inseguridades y que no se asutara si en algún momento tuviera un ataque de estrógeno y me viera llorando por estas babosadas, he aquí la implicación de este comentario en relación a las relaciones interpersonales: esa noche me di cuenta que, gracias a que me lo dijo, soy una mujer hermosa.

Carrie Bradshaw tiene razón, la manera que tiene un hombre de vernos y poder vernos a través de esos ojos masculinos , nos (me) da una mejor imagen de la que me arroja el espejo cada mañana.

Recordé la frase: Mapache “mata” modelo. La recordé el sábado pasado, en el momento en el que este buen hombre me veía y vi en sus ojos el gusto de estar conmigo, a pesar de mis inseguridades, de mis ataques de ansiedad, de mis miedos repentinos y de mis ojeras de mapache. Me volví a sentir bella, como aquella noche en la que celebrabamos los primeros días de estar juntos.

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