Este post está siendo escrito en vivo y en directo... trasmitiendo desde la U.
Acabo de entrar, solo para esperar un rato mientras me da la hora de mi próxima cita... durante el trayecto he venido pensando en todo lo que quiero cambiar... en todo aquello que espero lograr. Espero que ahora si pueda instaurarse una nueva etapa de mi vida. Es decir... venía divagando.Entré a la cafeteria, con miras de adueñarme de una de las mesas, sacar a la niña y ponerme a escribir, cuando pasé junto a él. Estaba ahí, paradito... viendo la gente pasar, un poco agazapado, lo noté al pasar junto a él, pensé... "qué raro que un gato esté tan cerca de la gente" ya los he visto coexistir con la comunidad educativa de la u, pero siempre lejanos, siempre escurridizos, seguí caminando a la mesa y de repente vi que la única muchacha que estaba en el recinto se me quedó viendo raro, y era por que se fijó que el gato me seguía... si... el gato me estaba siguiendo...
Al llegar a la mesa escogida, puse mi cartera sobre ella y bajé la mano para tocarle una oreja, pensé que se iría, pero la sorpresa es que se dejó tocar, inevitablemente tuve que acariciarle su cabeza... y entrecerró los ojos en muestra que le gusta mi afecto... es increíble... este ser al que nunca había visto, se dejó que lo tocara.
No le hablé, ni nada... se quedó sentadito a la par de la mesa mientras yo me sentaba, justo estaba acomodándome en la silla, cuando de un brinco... se sentó en mis piernas... HASTA ME ASUSTÉ!
TENGO UN GATO SENTADO EN MIS PIERNAS!!!
Está aquí... mientras escribo con una mano, con la otra lo acaricio... se ve tan cómodo, se deja querer... es lindo, atigradito... como a mí me gustan, si dejo de acariciarlo... me mira como diciendo "hey! ¿en qué estamos, pue?".
De repente me doy cuenta que tiene mal genio, amaga con morderme si le toco la panza... delimita muy bien el tipo de relación que quiere tener conmigo y yo me siento tan bien de tenerlo sobre mis piernas que no lo inoportuno, además no quiero que me lastime. Pero estamos tan bien así... cómodos mutuamente, él a sus anchas y yo emocionada.
Pero lo sé... él no es mío y yo no le pertenezco... en cualquier momento ambos tendremos la libertad, él de saltar de mis piernas o yo de empezar a moverme. Ambos lo sabemos.
Para mientras, disfrutamos este momento, ya llegará el instante en el que ambos nos vayamos cada cual para su lado.
2 comentarios:
¡Qué lindo! se parece a mi difunto Cringer...
Tengo ratos de no agarrar un gato.
Y entonces, ¿se fue contigo?
Lindo, vea?
Te confieso algo: nunca había agarrado un gato... siempre me han parecido muy misteriosos e intocables. Un poco incomprendidos también.
Pero desde hace unos ocho meses para acá los gatos han tomado otro rostro. Se me han vuelto más cercanos.
Te juro que no hallaba cómo tocarlo, pero él se encargó de hacerme saber qué es lo que le gustaba.
No se fue conmigo, al finalizar de escribir el post, se sentó en mis piernas, puso su patita delantera derecha sobre la mesa, se estuvo ahi dos segundos... como leyendo lo que acababa de escribir y de un brinco... se fue... así como llegó...
Quizá yo sea demasiado loca... pero este encuentro cercano con este gato, tuvo mucho significado para mi.
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