miércoles, 29 de junio de 2011

Nunca

he sido buena persona a las 3 a.m.

Me vuelvo sarcástica (más), criticona (más), nunca me salen bien las cuentas, la gente termina debiéndome explicaciones, disculpas y tormentos. Por supuesto, siempre termino ganando en todas las discusiones. Encontrarme a las 3 a.m. es contraproducente para la salud mental de cualquier persona, incluso hasta para mi es contraproducente, diría que hasta se corre el peligro de sacar al monstruo azul de mi corazón totalmente desatado y destructivo.

Quizá sea porque el resto de la humanidad está medio dormida o porque me encuentro con esa porción de la población que es medio bruta después de todo... o porque yo tenga más afiladas las uñas o porque las estrellas brillen con otra intensidad y yo no termine de comprender su lenguaje, no sé... no sé... lo que sí sé es que no es prudente hablar conmigo a esta hora.

Así es, las 3 a.m. no es buena hora para relacionarse conmigo, no lo recomiendo, yo que no puedo huir de mi propia piel, yo que no puedo escapar de mis ideas, yo que a esta hora soy más triste de lo normal.

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