Pero no a un antro, donde le humo y el alcohol me dejen librada (momentáneamente) de mi constante manera de quitarme la vida con trabajo... ¿qué trato de olvidar? ¿será el trabajo, será el ansia de ruido y monstruosidad a mi al rededor? No lo sé.
Salir de las paredes que me retienen mientras mis dedos dicen prestos lo que mis oídos escuchan... transcribir entrevistas nunca fue mi fortaleza... ¿será que no me gusta repetir lo ya escuchado? ¿será que al final si soy lenta para trabajar? No lo sé.
Salir de mi piel, de la constante canción de Fito que me dice que fue amor, que me trae muchos recuerdos durante las madrugadas lluviznosas y que me deja pensando que al final si soy medio bruta para las cuestiones del corazón... bien dice "el extra"... es mejor que nos agarren vacunados... ¿será que no sirvo para ser sentimental? ¿será que mi éxito radica en ser sarcástica, irónica y profundamente cabrona? No lo sé.
Yo quiero salir...
Caminar por la ciudad, ir al cine, comerme un choris sin prisas, sentarme a fumarme un cigarro o a no fumármelo (depende de la compañía) bajo la luz mortecina de una lámpara, quiero salir y sentir la euforia del agua cayendo sobre mis cabellos y que me agarre confesada (Oh Señor, si pudiera creer en ti!) porque no sé si regresara a estas paredes que se dicen "hogar" cuando caigo en la cuenta... mi corazón no tiene un lugar fijo, bien se puede sentir cómodo en el frío guatemalteco, o en la ascepcia de mi oficina o entre tus manos.
Hoy mi amigo se comía las fresas en la reunión y mientras reía de cosas fatuas, yo quería salir, decirle... "psstt... vámonos a tomar un café y ya mas relajados terminemos de componer el mundo", pero no... me quedé, porque aunque nadie lo vea... no siempre me voy, nunca escapo, no siempre salgo, casi siempre me quedo, me quedo, me quedo...
Quizá todo redunda en que necesito agua, o dos fresas, o un mensaje al celular o un tuit bien puesto o un inmenso campo de flores, o un riff melódico de guitarra o un analgésico que me haga dormir durante horas para recuperar sueños resagados ... necesito desertar a lo que me deja vacía, lo que no tiene sentido, lo que me estrangula al mejor cisne que conseguí la noche que te conocí.
Y si se preguntan por qué es tanta la necesidad de salir, es simple... porque aún no encuentro la manera de dejar aquí este cuerpo que me ata a lo concreto, porque no me han dado la fórmula exacta y correcta para vivir como siempre lo he deseado: libre.
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