Hablar con él siempre es una delicia, especialmente cada cierta cantidad de meses nos reunimos para ingerir café.
Decir que nuestras pláticas son ordenadas y que tocamos los puntos más importantes en nuestra ausencia mutua sería decir demasiado, nuestras pláticas son caóticas y plagadas de carcajadas, porque reirse con él es tan fácil, es como respirar.
Esta mañana él se batió en duelo contra la burocracia y acusó de ser dinosaurios y mamuts, por supuesto quiso "pescosiarlos" (en palabra exacta suya), yo le dije que optara por la imagen mental de una buena cachetiada. Es impaciencia.
Yo estaba encerrada en mi oficina, tratando de parar un informe institucional para el donante del proyecto que ejecuto... me sentía tal cual iceberg flotante, se mueve casi nulamente y sin rumbo, en un constante movimiento oscilante... así mero estaba cuando surgió la confirmación de nuestro café vespertino.
Sigue siendo el mismo impaciente, irreverente, olvidadizo, el que confunde a la gente cada cinco minutos, yo sigo siendo la misma, impaciente, irreverente, olvidadiza, la que ignora al resto del mundo con tal de no hablar con gente de poca importancia. Llegamos a la conclusión que así nos amamos. Punto, no hay más. Nos amamos y él me enseña del arte de la fotografía y yo le enseño qué es un "smoky". Y ahora que lo recuerdo, el año pasado abrimos un blog conjunto que al final no prosperó u_u
Tenemos varias cosillas pendientes: una bailada y un coctail, más metáforas y mamuts que cachetiar o icebergs que sacar de su movimiento oscilante, pero para mientras... seguiremos tuiteándonos y sacándonos de la rutina para tomar café.
Besos mi querido Hero.
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