Pocas cosas me alejan de escribir, porque aunque no publique en este espacio azuloso, igual escribo a diario... pero esta última semana estuvo plagada de mucho silencio en muchos aspectos, como si a todo le movieran la perilla del volumen y todo quedó como vibrando nada más, a lo mejor he querido ignorar ciertas cosas. No lo sé.
Fuera de un par de veces en las que me conecté un rato, dejé descansar a la niña. Simplemente dejé de escribir. No han habido ni poemas, ni crónicas, ni dislexias afectivas, tampoco vinieron cuentos o relatos eróticos, no se acercaron canciones o pequeñas fábulas con olor a cereza. Solo silencio, solo distracción, solo el ruido blanco, solo un pensamiento persistente... ya no recuerdo como es tu voz.
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