Es un lugar árido, lejano, bipolar... puede ser candente, puede ser frío... la vida ahí casi no es vida, es resago de tiempo, es escasez de ánimo, es encuentro con uno mismo.
Odio y amo a la estepa que habita dentro de mi, porque en días como hoy salgo huyendo, en días como hoy abro fronteras y me largo de nuevo, aunque todos me vean aquí, aunque nadie dé conmigo, estoy y no estoy. El correo no sirve, el teléfono tiene interferencia, todos me vieron pasar y nadie me detuvo.
Soy la versión rara de una persona normal, soy el desierto de mil dudas de fe, o la fe congelada de pasiones pasadas.
Poco a poco, en días como hoy mi corazón se convierte en una estepa helada, un lugar donde poco vive, donde no se encuentran grandiosidades de la vida, donde hay, desde hace un tiempo, una fuerza subterránea lista para salir y destruir todo a tu paso.
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