lunes, 30 de julio de 2012

Haciendo números

Yo no soy buena amiga de los números... mi teoría es que tengo de esos cerebros poco esquemáticos... desestructurado para algunas cosas... entre ellas llevar cuentas. 

Sí, lo sé... una no puede ir por la vida ignorando ciertas cifras propias... pero así soy yo... me fijo poco en esos detalles, soy distraída y a veces no le doy demasiada importancia a cuestiones que otras mujeres si le dan.

En nuestra sociedad el asunto de la sexualidad compartida es un tema que ha llevado ciertos avances, pero que aún padece de señalamientos moralistas y hasta en cierta manera... un tabú inexplicable solo sustentado por el misterio de cómo cada mujer vive la sexualidad. En pocas palabras, algunas mujeres se dan a la tarea de, a partir de un misterioso manejo de su vida, fomentar visiones erradas sobre el tema. ¿Cuántas parejas son demasiadas parejas para las mujeres latinoamericanas? ¿2, 5, 9, 11, 18, 23?

Nuestras abuelas se habrían asustado de la cantidad de parejas señaladas ahora en las encuestas femeninas anónimas... pero en realidad ¿no fue siempre así? lo que yo creo es que antes se tenía mucha más discreción en el tema. Habían otros parámetros de elección de hombres y además, "la seriedad" era entendida de otra forma y tenía objetivos más prácticos-económicos que el concepto de hoy en día, cuando seriedad es solo definida como el momento de tratar de ser fieles y compartir la vida de manera conjunta pero no tipo invasión.

Latinoamerica y su machismo no nos proporciona un nicho saludable de ejercicio y experimentación sexual y menos afectiva. Tamos bien jodidas en realidad y sobrevivir a un escenario de miedos, represiones y ejercicio mal encaminado de la sexualidad es todo un reto, llegar a los treintaypico y enterarse que a una no le ha ido tan mal después de todo es una alegría. 

Luego tenemos, además del asunto de la cuenta de las parejas sexuales, otros temas como el de la salud reproductiva, de los derechos sexuales, políticas de género, igualdad y equidad, además de las libertades afectivas. Absolutamente nadie nos educa. Nadie nunca te dice... "vení, te voy a enseñar sobre tal tema" no, una tiene que andar buscándose la información y preguntando a las dos mujeres que más confianza le dan a una y... con suerte... caer en las manos de un buen ginecólogo o ginecóloga que pueda hacernos comprender la complejidad de nuestro sistema y a más no haber... ser versátil a la hora de las tragedias que puedan corresponder a estos temas. 

Nadie nunca nos dijo que ser mujeres sería fácil en un ambiente tan cabrón, lleno de violencia física, psicológica y social, nunca nadie nos enseñó cómo afrontar cortes e infidelidades, nunca nadie nos dijo "eso no se anda contestando, niña"... nunca nos dieron la razón a la hora adecuada, nunca nadie nos dijo... "cuando te diga un hombre tal cosa, es señal de huir", nunca nadie nos enseñó a amar nuestros cuerpos de verdad y por eso sentimos raro cuando (al fin) un hombre dice que gusta de una. 

Pateo los 35 y honestamente, aunque espero seguir viviendo más mi sexualidad, espero que las "agitaciones del corazón" sean menos de ahora en adelante, donde no me las dé de mujer experimentada, pero tampoco que crean que soy inocen-tonta, que mi cuerpo deje de ser un vasto terreno inexplorado y que los números sean solo eso... números. 

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