viernes, 8 de marzo de 2013

Soy mujer

Lo determina mi cuerpo, la primera socialización, que le indicó a mi madre que yo debía usar vestiditos blanquitos con ruedo rizadito, dejarme el cabello largo y yo debía ser tierna y delicada. Y si lo soy (tierna y delicada, no siempre pero si lo soy), también soy mujer, no solo por como me veo, ni la primera socialización, por mi educación y mi des-educación, por cómo me han tratado los hombres, por cómo me han tratado otras mujeres a lo largo de treinta y seis años.

Soy mujer porque, además, defiendo mis derechos, mi derecho inalienable de que se me respete, de defender causas que considero justas, porque admiro a otras mujeres que, antes que yo y de manera más irreductible, alzaron su voz desde una fábrica, un alambrado o una trinchera para que en mi generación no dependamos de un padre o de un hermano o de un marido. 

Soy mujer porque disfruto de mis amigos hombres, gozo profundamente de mi sexualidad y busco respuestas concretas y claras a una enfermedad en mi útero. Soy mujer porque soy hija y no soy madre y eso no me hace menos mujer, no me reduce, no me es problema. Soy mujer y es una delicia hablar y convivir con otras mujeres. Cada una, desde las intelectuales hasta las amas de casa, desde las científicas, las brujas y las soñadoras me han heredado sabiduría que cualquiera podría tener, pero que yo poseo y eso me enriquece, como a tantas millones de mujeres. 

Soy mujer porque jugué juegos de niñas cuando fui niña, porque deseché la idea de leer "literatura para mujeres" y también porque admito mis errores. Porque el mundo es hermoso y porque es terrible también, porque lo veo y no me asusto, porque me gusta ser mujer, me gusta ser esta mujer que soy, con mis terribles demonios, con mis virtudes y mis debilidades, mis fortalezas y todas los besos que le regalo a Miguel, por las caricias que le prodigo a mi amor principal cuando le cuento un cuento para dormir, porque escribo y porque analizo realidades, porque creí y descreí. 

Soy  mujer, no por este día, sino porque el día que fui concebida hubo una mágica forma de combinarse los genes de mis padres, porque la historia me determinó, lo soy con todos mis  miedos, con todas mis fantasías, con todos mis problemas y sus soluciones, con mis carencias y mis riquezas, soy mujer porque así tenía que ser, porque así lo he decidido, porque si. 

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