martes, 4 de junio de 2013

Carta a la que soy

Querida KR:

Te escribo porque a veces pienso que es la única forma en la que me prestas un poco de atención, supongo que soy la persona que más te conoce o que al menos está más cerca de vos.

Sé que acabamos de pasar mayo, que este no fue muy diferente a los mayos anteriores y que este junio será particularmente agitado.

Tenes exactamente quince días para terminar una tarea terriblemente grande y terriblemente tediosa, comprendo que no querrás escribir, que no te baje la inspiración y que a veces (y dije a veces) te de por querer salir huyendo, en serio, te entiendo; pero me es imperioso decirte que DEBES terminar ese encargo. Por difícil que sea, por tedioso que te parezca, tu responsabilidad es terminar. No recuerdo desde cuándo no pasabas por una etapa como esta, ¿te acordás que una vez tu profesor de apreciación literaria te dejó una tarea y que no podías hacerla?, te castigó de la peor forma... tenías que terminar el texto, hasta que la entregaras no podías entregar las siguientes tareas y solo se te fueron acumulando una tras otra por más de un mes, cuando al fin terminaste el dichoso texto, entregaste de un solo siete tareas más. Pensá que esta vez es igual, no podes avanzar a otro trabajo si no terminas este, solo que la vida común y corriente, normal y silvestre de otros adultos no logra hacer que tu jefa entienda que padeces "síndrome de la página en blanco" a estas alturas del partido. Es inadmisible. 

Por otro lado, te has auto impuesto una mudanza, muy necesaria, imprescindible para tu desarrollo personal, pero que perfectamente podes realizarla sin estresarte. Podes con calma, durante tus días libres ir a buscar muebles, comprar cositas que te harán la vida más cómoda y todo eso... pero no pretendas correr en esto. La casa seguirá ahí, esperándote, no le saldrán patas. 

Te digo esto por dos razones concretas querida:
1. Debes ordenarte. Hacé lista de prioridades en las labores diarias, igualito como cuando un día Miguel te pidió que enumeraras todo lo pendiente. 
2. No tengas miedo. Así es, no se lo has dicho a nadie, pero eso es en el fondo lo que te ha molestado últimamente, hasta que tu mamá te preguntó "en serio" qué te pasa, lograste identificar que lo que tenes es pinche miedo. 

Comprendo que ya no sos una muchachita de veinte años, a esa edad cualquiera es valiente porque no se ha vivido en condiciones duras y el arrepentimiento no tiene sentido porque aún no se han vivido ciertas cosas. No tengas miedo. Las cosas se concretarán cuando deban concretarse, en la medida que dispongas ciertas condiciones para que se den, en otras palabras: echá riata para poder hacer lo que te pegue la gana. 

Ahora tenes una gran ventaja, aunque te sintas sola por ratos, sabes que no es así... no solo tenes pareja, sino también una serie de amigas que te animan a retomar la vida justo donde la dejaste hace años, pero sobre todo... me tenes a mí. Así es, antes no te escribía estas cartas, no sabíamos que una le pertenece a la otra, yo vivo en vos y vos me habitas, compartimos la misma piel y... aunque no lo creas... también los mismos miedos. No te miento, también siento miedo de vez en cuando, sobre todo al visualizar todo aquello que era tan distinto hace un año.

Nadie dijo sería un jardín de rosas... decía Paez y es cierto. Vos tenes derecho a cansarte, a querer un poco de soledad (bien medida y controlada... solitariedad que le mientan), a desear la compañía de algunas personas y alejarte de otras.  Pero sobre todo, también tenes derecho a querer lo que nunca te pareció importante: estabilidad (encontrar un trabajo perenne, hacer lo que otros ya hicieron, disfrutar la vida desde otros y nuevos ángulos), en serio... tenes ese derecho, siempre lo has tenido, pero nunca te hizo falta... hasta ahora. 

No tengas miedo, sabes que algunas personas te acompañan y disfrutan estar con vos... si se van, por una u otra razón, también tienen ese derecho... si alguno decide irse... no importa, sabes que yo no te voy a abandonar nunca, siempre estaremos juntas bajo esta misma piel. Por eso, no tengas miedo por favor.

Tenes quince días exactamente, para terminar dos tareas: el texto y mudarte. Sé que lo lograras, para mientras, te dejo... concéntrate, yo me encargaré de otras cosas para mientras.

De momento te dejo, un enorme abrazo.

KR

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