martes, 24 de diciembre de 2013

Hablar con él

Nos conocimos hace muchos años ya... exactamente hace 16. Él era jesuita en ese entonces y yo era una profesora inadecuada en el colegio jesuita del país.

Muchas cosas han sucedido desde entonces, él ya no es jesuita y yo renuncié al colegio. Algo si logramos rescartar, seguimos luchando por la autonomía que nos define como personas. Durante nuestra amistad nos acompañamos en procesos importantes: abandonar a los jesuitas, ser personas independientes, afectos desordenados y amistadas inocuas. Ha sido lindo tenerlo como amigo, es mi único amigo que JAMÁS me ha reclamado cuando desaparezco, porque resulta que él es igual que yo, no nos desentendemos, solo tomamos distancia de algunas personas para vivir y dejarlas vivir. Claro, eso no lo entienden ALGUNAS personas. En fin...

El sábado pasado nos reunimos de nuevo, luego de seis meses de no vernos. Nos dimos el recuento de los daños y los logros de este año, sonreímos de orgullo al escuchar al otro enumerar alegrías y nos preocupamos cuando supimos que el otro estuvo en apuros. La distancia no nos apendejó y seguimos siendo tan amigos como aquella tarde en la que él llegó a su ex-colegio a dar catequesis y yo le indiqué su grupo.

Marlon y yo seguimos acá, esperando a que la vida siga sorprendiendo y esperando a que las palabras sigan llegando para contar nuevas aventuras. Gracias amigo.

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