jueves, 26 de diciembre de 2013

Sonreír ante el futuro

Supongo que ha de ser por estar en cierre de año, me he puesto demasiado analítica, tanto que eso no me dejó dormir anoche. Pienso lo que quiero y para dónde quiero caminar. Supongo que es normal, e incluso, podría catalogarlo como responsable conmigo misma y con quienes me rodean.

En el camino uno se da cuenta que hay cosas maravillosas, pero también cosas que empiezan a pesar, que no están "tan bien" como se dice, que debería haber soluciones menos radicales y menos drásticas. Debería. Platicaba con Otto anoche sobre todo y sobre nada. Antes ya me lo ha dicho él, "el arte lo cura todo" y le creo. Sería demasiado incoherente si no lo creyera y viviera de esa manera. 

A veces, muchas veces las cosas no salen como quiero o no van hacia donde yo quiero, por supuesto, no depende solo de mi, si solo dependiera de mí las cosas fueran distintas, pero lo sé... serían soluciones egoístas y como no me gusta que otros decidan por mí, pues no puedo ser tan idiota de decidir por otros. Supongo que es cuestión de tiempo. 

Al amanecer salí al balcón de mi casa, me di el bárbaro lujo de ver el amanecer, ver como el sol arrastra estrellas en el firmamento y se pinta la cara con otros colores. Fue hermoso. Pensé en ese momento que no importa si salen bien o no las cosas, curarse significa saberse suficientemente fuertes para sonreír a un futuro que va llegando. Saberse suficientemente fuertes para tomar decisiones. 


No hay comentarios: