domingo, 27 de abril de 2014

Los Rauda

Óscar y Martha se conocieron cuando aún eran muy jóvenes, entre los 20 y los 23... algo los unió y establecieron la familia de la que he salido yo. 

Casi cuarenta años tienen de estar juntos, han sobrevivido una guerra, varios terremotos, tres hijas, un nieto y un par de mascotas. Mucho a mi parecer. 

Él es fan de las camisas hawaiianas, ella siempre fue coqueta... él tiene diabetes y ella está perdiendo poco a poco los recuerdos... siguen juntos, a lo mejor no se quieran de la misma forma que lo hacían cuando eran jóvenes, pero hay muestras de amor inmeso entre ellos... uno la cuida y la otra... lo cuida también. Siempre han tenido una manera bien particular de estar el uno para el otro.

Ellos dicen que no se parecen en nada, pero no es cierto... son igualitos, lo sé porque ser su hija ha implicado una tarea, casi frente de batalla, muy intenso e interesante. Les debo todo y no les debo nada.

Quienes me conocen y los conocen a ellos se dividen entre las opiniones de que soy muy parecida a ellos y los otros en que parezco adoptada, en lo personal creo que reproduzco muchos de sus patrones inconscientemente, cuando me acuerdo lo mal que me caía que mi mamá me regañara por todo me hago el propósito de andar regañando gente o cuando me acuerdo de la displicencia de mi padre, ataco la mía para que no se reproduzca hasta el final de los tiempos, en cambio trato de imitarlos en su paciencia (la de él) y el servicio a los demás (el de ella) porque creo que son sus mejores virtudes.

Esta mañana, mientras pasaba el tiempo pensando en muchas cosas me llamó mi papá, andaban cerca de mi casa y me invitaron a desayunar. Por primera vez, en 11 años, sentí que aceptaron con naturalidad y cotidianidad el hecho de que no viva con ellos y que siga siendo "la misma" de siempre... arisca y un poco alejada de ellos, creo que han comprendido al fin que no es nada contra ellos.

Mis viejos cumplen años este mes, ambos... mi papá el 22 y mi mamá el 30, llegaron a los 60's y creo que están en una etapa de "rejuvenecimiento" de su relación de pareja. Siguen siendo los mismos de hace casi 40 años y no comprendo por qué piensan que me cuesta cambiar, si lo que siempre han sido ellos los que nunca cambian. Es bueno, supongo, para ellos ese estado de quietud. Los admiro por eso. No han cambiado sin proponérselo. 

Yo he cambiado, creo que mucho y otras muy poco... no importa, el caos es mi reino y la reevaluación de la dirección que lleva ahora mi vida creo que les sorprendería. Se volverían locos de la felicidad de solo pensar que  ahora hago planes para mediano plazo, cuando antes solo los hacía para el corto. Pero no quiero matarlos de la felicidad así que mejor no les cuento mucho. Hemos sobrevivido juntos y eso me llena de alegría. 

Óscar y Martha cumplen años... siguen enseñándome eso que se llama fidelidad y lealtad (de las ciegas) y que la paciencia logra encontrar triunfos inesperados. 

Feliz cumpleaños papá y mamá. 


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