sábado, 5 de abril de 2014

Un día cualquiera

Te enteras que han pasado 20 años desde que Cobain se suicidó y te pensas "¿tanto tiempo ya?" y te percatas que la vida no ha parado, que ya no tenes los 16 de aquel entonces y te destantea que el mundo esté un poco peor de lo que imaginabas.

Un día cualquiera te levantas, te bañas, vas al trabajo, luego a clases, regresas... alimentas al gato... y te vas directo a la cama. Has pasado sentada más de 12 horas y la espalda te duele... recordas cuando te lesionaste y deseas fervientemente uno de aquellos analgésicos que te quitan el dolor en un abrir y cerrar de ojos. Solo te queda, cerrar los ojos.

Un día cualquier amaneces al lado de un hombre, no comprendes qué ha pasado dentro de ti, porque seguis sintiéndote cómoda con el tipo a pesar de que han pasado veinte meses (y tantas cosas en ese tiempo) desde la primera vez que amaneciste con él en un hotel de montaña. Te quedas pensando en ello luego de que se marcha a su vida y vos te quedas con la tuya.

Un día cualquiera viene tu hermana y te informa que vivirá contigo, hace desastres con tu estabilidad emocional, nunca has comprendido el por qué de su comportamiento, qué busca con tantos novios, no entendes su forma de respirar. Luego, a los poco meses viene a tu casa, luego del trabajo y te dice que la han despedido. Llora contigo y vos te contenes de llorar también porque resulta que vos seguis siendo la hermana mayor que no llora (al menos frente a ella) y te preguntas qué se hizo el tiempo en lo que ella creció. Porque esa pequeña niña tenía dos años cuando Cobain se mató.

Un día cualquiera te das cuenta que no has hecho mucho, que seguis siendo impaciente, aunque digas que no, que sos mejor persona y que promulgas la inteligencia emocional... no es cierto, sos impaciente, chillona, miedosa y de paso ahora tenes un defecto añadido a todos aquellos que ya tenías a los 16... ahora te das el bárbaro lujo de querer a la gente.

Un día cualquiera te das cuenta que estás jodida.

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