a que mi corazón se acostumbre a su llegada... y es que en menos de cinco minutos, temblo duro... le tengo miedo a los movimientos telúricos y estoy en una edificación de dudosa resistencia debido a su antigua construcción, me cae un correo... me aceptaron para una conferencia de escritoras salvadoreñas con la escritora salvadoreña (viva) que me gusta y me he dado cuenta que el final llegó porque este nuevo inicio no me da miedo ya (parafraseando a Élmer Menjívar)...
Bien yuca es tener este corazón tan agitado, desaforado y en total oposición a la mente... ja!
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