martes, 25 de junio de 2013

La carta

Desde que me mudé a San Salvador los días han sido como medio movidos y gracias a la compañía de Miguel y Emmety no he sentido tanto el golpe de la soledad familiar. 

Puede parecerles extraño, pero si... extraño a mi familia, en especial a Sebastian y su imperante necesidad de preguntar cosas y de contarme qué aprendió en el colegio cada día. 

Esta mañana mi papá pasó a visitarme, oficialmente era de madrugada aún cuando llegó a dejarme algunas cosas que pensó que me servirían en esta aventura de vivir sola. 

En medio de discos que había olvidado, medicinas rezagadas y aritos impares... venía un pequeño papelito, clásico trozo de página de cuaderno escolar. Contenía la inequívoca caligrafía de mi sobrino. Sebastian, tal como pasó cuando aprendió a hablar, está redescubriendo toda la magia de las palabras, ahora que ha aprendido a escribir. 

La carta era sencilla... práctica y sucinta... como él... "Karla: te extraño y te quiero"... solamente. 

¿Qué puedo pedirle a esta vida? Si ya se me ha dado todo para seguir adelante. Por supuesto, hay detalles técnicos y capitalistas que resolver, pero ese tipo de cosas... no son nada en comparación a esa carta con letra infantil que me deja feliz de vivir, feliz de quererlo tanto a él y al resto de la familia. 

Yo también te quiero y te extraño Sebastian y te mando todo mi amor.

3 comentarios:

URI dijo...

Hoy solo falta pegarla en la refri con un imán. ¿Tenés refri verdaaaad? Sino dónde más guardar el elixir del dios Baco.

URI dijo...

pdt. Me cae mal que me pase eso, de comentar con el perfil equivocado ^^

KR dijo...

jajajajajaja

te reconocí IPSO FACTO cuando me preguntaste si tengo refri... jajajaja