miércoles, 4 de septiembre de 2013

Conflicto femenino

Todo empezó hace dos o tres sábados, cuando mi madre me gritó por teléfono, por supuesto lloré. Toda la tarde pasé deseando que mis recuerdos (los malos) fueran archivos para poder ser enviados al bote de la basura, pero no es así.

Me negué a hablarle, quizá estoy cansada y solo quería descansar, pero no es cierto, aunque no le hable, aunque no la llame o conteste sus llamadas... la verdad es que sigo pensando en ella. 

Anoche venía caminando bajo la lluvia y me dirigía a mi casa cuando vi que mi papá llamaba, le contesté y solo me dijo... qué tal estás e inmediatamente me preguntó... "¿Por qué no le hablas a tu mamá?" Como pude me aguanté la reacción inmediata y le dije... te puedo contar otro día, cuando nos veamos en persona, ahorita voy en la calle" por supuesto él no se quedó conforme con mi respuesta, pero la respetó. No insistió, solo me dijo... ¿Está lloviendo, verdad? cuando llegues secate bien para que no te de gripe, le agradecí el consejo y colgamos. Lloré el resto del camino. 

Emme es mi amiga, no quiero decir que la mejor, pero ciertamente desde hace un año me acompaña en alegrías y tristezas, de hecho trato de que ese acompañamiento sea recíproco. Anoche, mientras tomaba un poco de caldo de pollo llegó, traía en sus manos una semita y entró, le conté de mi conflicto, me dijo algo que es cierto... "las madres siempre se sentirán celosas de una alegría que no es compartida con ellas". Me puso un ejemplo concreto: ella había viajado mucho, por estudios, por carrera, por muchas cosas... su mamá siempre estuvo feliz y orgullosa, hasta que un día viajó con su novio a Europa.. a visitar a la familia de éste. Entonces todo cambió.

Me quedé pensando... yo no vivo "legalmente" con mi familia desde hace más de diez años... por temporadas he regresado pero siempre ha estado latente esa necesidad (mía) de vivir sola. El año pasado cuando me mudé a Suchitoto todo fue fácil y fluido porque era NECESARIO que me mudara, era lejos y mi trabajo era demandante. Hoy no. Vivo lejos de ellos por opción, por decisión. Por necedad (según la opinión de mi madre). 

A veces me pregunto si la que está mal (en serio) soy yo. 

Seguí llorando, porque aunque siempre digo que ya no voy a llorar, es mentira... siempre lloro cuando me acuerdo, siento como cuando un novio me ha cortado. Aunque ahora la que ha cortado soy yo. 

Esta mañana venía a la oficina. El bus venía con algunas personas de pie, yo venía sentada a la orilla del pasillo, una señora muy grande, con una bolsa llena de tetuntes (grandes también) me golpeó, yo no dije nada, solo traté de esquivar cuando vi que venía un segundo golpe, ella se fijó que me había apartado y empezó a decir "al aire" que si no queríamos ser golpados o maltratados que era mejor usar taxi o comprar carro. Ese comentario al aire era para mí. 

Me levanté, porque ya me tocaba bajarme, y en ese instante me dieron ganas de decirle a la señora, de la manera más educada posible, que prefería tener educación y ver de no golpear a la gente que tener carro, que era mejor saber que si se golpea a alguien nadie va a culpar a nadie, pero que es una buena cortesía el poder decir "lo siento" y no decir/hacer algo peor que el golpe inicial. Que las hijas podemos aceptar esa frase bien fácil... "lo siento"... porque también podemos decirla... que habemos personas para las que no es importante poseer cosas, pero si las emociones.  Pero no dije nada. Ni siquiera vi a la cara a la señora. Me di cuenta que todo lo que le quería decir a esa desconocida, también se lo quiero decir a mi mamá. 

Me bajé del bus y caminé hasta mi oficina. A veces pienso que mi conflicto femenino no es con esa señora, o con mi mamá... es conmigo misma. 

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