No... no era el caníbal, además era "engañoso" porque al final de cuentas... parecía mas bravo de lo que era en realidad.
La primera vez que lo vi, estaba sentadito en la barda que rodeaba la cancha de basquetball del colegio, andaba unos tenis "all stars" y parecía más bien un padre de familia que un sacerdote. Nos preguntó si podía jugar con nosotros, mi grupo de amigos y yo... pues no le negamos el gusto, aunque yo pensé que bien le podía dar un su ataque al "chacalele". Pero sobrevivió. A las faltas, a los golpes, a nuestro "trompabulario" y al partido también. Sobrevivió a la primera impresión.
Resulta que ese tipo chiquitin de lentes y bigotillo algo ralo, era el nuevo jesuita del colegio y no solo eso era el jesuita que venía a ser el rector del colegio.
Mi bachillerato estuvo plagado de su presencia. Por los pasillos me regañaba porque desde entonces yo andaba corriendo siempre... pero también me felicitaba por mis logros artisticos, más cuando leía mis trabajos que presentaba en los certámenes. Tenía buena fama de buen profesor, sin embargo esa etiqueta que llevaba de rector pues no daba mucho para tenerle confianza.
Pero entonces llegue a Tercer año de Bachillerato Humanístico. Tuve una clase con él y creo que de alguna manera, él fue el culpable que me empilara con el arte y la cultura, me curó la mala ortografía y un día nos reunió a todas las mujeres de la promoción para decirnos que teníamos que ser ejemplo de orden y modestia femenina, para que no nos tacharan de "fáciles, fumadoras y bolas"... y luego nos ordenó que le bajaramos el ruedo a la falda. A mi me enterneció su intento de darnos dignidad.
Hoy cumpleaños él, quizá me acordé porque justo hoy vi a dos ex-jesuitas en la tele, de esos jesuitas que el aprecia... me pregunto... ¿dónde andará Aníbal Meza?
1 comentario:
Yo también estudié en el colegio. Justo ahora me acordé de él (Anibal) y lo busqué en Internet. Fue así como di con tu relato, que por cierto es muy bueno!
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