jueves, 18 de febrero de 2010

Mi lápiz

Casi no escribo a mano, sin embargo... me gusta cuando lo hago, disfruto escribir con lápiz, creo que desde la primaria estoy enamorada del trazo sereno y contundente del grafito. Mi amor por escribir con lápiz era tal que nunca los perdía y los dejaba descansando definitivamente en una cajita cuando ya no tenían suficiente longitud para poder agarrarlos y cuando ya carecían totalmente de borrador.

Cuando llegué a la edad en la que tenía que escribir con tinta me sucedió que fuí un desastre, los lapiceros se me rebalsaban, me manchaba las manos y entintaba todo el cuaderno... era un desastre, con mucha insistencia pedía regresar a la simpleza del lápiz, nunca me dieron gusto.

Al llegar al tercer ciclo tuve libertad de decidir qué artefacto utilizar para la escritura. Por supuesto, opté por el lápiz. Mis primeros poemas fueron escritos con lápiz, la historia que repasé para aprenderla la escribí con lápiz, las matemáticas tan horrisonas las escribí con lápiz, los dibujos, o más bien, bocetos de lo que existía en mi cabeza fueron hechos con lápiz.

Mi papá notó mi afición por el grafito y hacia finales de mi octavo grado me regaló un portaminas rojo, muy bonito, ese portaminas estuvo conmigo en las buenas y las malas durante más de cinco años, hasta que se fue en el primer bolsón que me robaron cuando iba a clases de la U.

En mi trabajo docente, siempre estimulaba el uso del lápiz, siempre aprecié ver las palabras grises... de repente, en una noche como esta, comprendí algo: las palabras escritas a mano, con lápiz, me gustan más, me dan un aire melancólico que hace juego con mi Distemia. Por ejemplo, hoy... he buscado mi cuadernito, habitante permanente de mi cartera y mi fiel lápiz y lo he escrito: hoy me ha visitado la tristeza.

1 comentario:

iba pasando dijo...

En primaria me gustaba morder los lápices hasta quebrarlos.. en la secundaria me gustaba ponerlos entre mis dedos, el dedo medio abajo,el índice y anular sobre el lápiz.. hacer un movimiento rápido para estrellar la mano contra el pupitre partiendo en dos el lápiz.

(mi naturaleza destructiva desbordada)

Me pareció interesante y elegante mi primer portaminas. Me gustaba el estuche de las minas. Detestaba la fragilidad de estas, combinada con mi tembladera parkinson prematura. Usar lápiz en la universidad lo sentí como una muestra de inseguridad en mis parciales, así que nunca lo usé.

Me imagino que el proceso creativo, hacés, deshacés, rehacés e inventás... el lápiz puede ser útil. Pero con la nueva tecnología con un CRTL+Z me basta.