miércoles, 24 de febrero de 2010

Nuevamente el frío

Según mi sensei, viéndome el aura, la apariencia y no sé qué otros colores de los chacras, dice que yo vine al mundo por primera vez en la edad de oro, donde no había malicia, ni codicia, donde no había ni siquiera reyes y la autoridad era cuestión meritoria y no tanto por el dañado concepto de democracia.

Dice también que mi poca resistencia al clima frío era porque en esa época las personas no sufrían de embates del clima, todo era natural, suave y fluído.

Con el paso del tiempo todo se fue corrompiendo: mi alma, las otras almas del mundo y el clima. Un día quise decirle que no todo tiene que ser tan trágico y desesperante, hay cosas buenas, destellos de pureza y chispazos de humanidad libre y serena. Me dijo que no. Feo su modo!

Sin embargo en algo si le creo, tiene su lógica por supuesto. El clima está despedazado. Este día ha sido terriblemente caluroso y a esta hora el frío es horripilante. Feo el clima. Odio el frío demasiado insidioso, me recuerda malos pensamientos, confabulaciones y traiciones.

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