Este día hace diez años recibí una herida, me dejó la mitad de mi ser en realidad, desde entonces y con ciertas circunstancias yo dejo de ser yo y me convierto en una persona llorosa. Tuve que reaprender a no ser así.
Luego hace 5 años terminé de nuevo en el hospital con un doctor que me surció el pie.
Ambas heridas ya no lo son, ahora son cicatrices.
Este día he recibido de nuevo otra herida, solo que esta no dejará cicatriz, solo sanará y no dejará la marca acostumbrada en mi piel. Esta herida no me ha quitado nada, no me han cercenado, ni me han mutilado, este día he vuelto a ser yo. Es bien peculiar empezar a querer gente de nuevo.
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