Ayer regresé de Arce, a parte del maldito calor que hizo, tuve que hacer gala de mi encanto y echarme lubricante social para poder estar en la visita de los señores cooperantes donadores de pisto para el proyecto en el que estoy trabajando, es decir... son los que dan el pisto pa que me paguen, a pues... había que sonreír y ser sociable, agradable y divertida, dar charla sobre cómo se hacen nuegados y chilate, a la verdad lo que mas me gustó es el proceso de preparación con los bichos antes que llegaran los visitantes...
Pero bueno, el asunto es que regresé en estado zombie y me fui a esperar a mi papá a la fábrica. Caí dormida sobre la haragana del tío Moncho, tan cansada estaba que ni sentí a la hora que llegó mi papá. Desperté cuando me dijo "Karla, vámonos" me dio la mano para levantarme y empezar a caminar de manera autómata.
Cuando salí lo vi... el parabrisas quebrado, el lado del copiloto aboyado completamente, los focos y via destrozados... ¡¡¡¿¿¿QUÉ PASÓ???!!! "ya te cuento" contestó él.
Íbamos para la casa y empezó a decirme todo lo que le dolía: la mano, el brazo, el hombro, la espalda, la mollera (del susto) y el orgullo (por el tipo de accidente)
Aclaro y declaro que mi padre es uno de los mejores conductores que conozco, sino es que el mejor... legendarias son sus pasadas y contadas las veces de accidentarse, pero ayer le pasó algo que nunca pensó que le pasaría: Chocó con una vaca. Así es.... chocó con una vaca, venía saliedo de Chalatenango y simplemente no la vio.
o.O
Walter, inseparable compañero de trabajo de mi papá todavía andaba pálido cuando llegó a la fábrica y con razón... creo que logró verle hasta los pelitos de las orejas a la vaca en el golpe.
Inevitablemente pregunté ¿Y la vaca?
"Si a saber... nosotros no nos detuvimos!! así como anda la mara de violenta en estos días, nos agarran con la atropellada y nos matan". Cuanta razón tiene mi papá. En este país seguramente hay una vaca menos, pero yo no soy huérfana aún.
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