Odio las posibilidades, me gustan más las certezas. Así soy yo... increíble pero cierto, puedo soltar las cosas y a las personas y vivir sin mayores vínculos, pero hay cosas en las que si necesito certeza.
Pero bueno. Sucede que una posibilidad que yo creí, durante muchos años, muy remota, ahora se hace certeza. Es tan raro pensar que te veré hoy a las 5 p.m. luego de cinco años de no saber nada de ti. Cosas importantes compartimos durante años de amistad y nos perdimos de cosas importantes en los años en los que no nos vimos.
Por mi parte, guardé un libro tuyo, estaba ahí sobreviviente, impoluto, íngrimo... a la espera de llegar a tus manos de nuevo, se salvó en aquella mítica venta de libros que hice en tiempos de pobreza extrema, lo guarde entre los únicos tres libros de mi pertenencia que sobrevivieron también. No lo pensé así en ese momento, pero creo que tenía la esperanza de devolvértelo en algún momento. Hoy es ese momento.
Tenía mucho tiempo de no sentirme tan asustada, tan nerviosa, tan ansiosa. Vos me conoces y a estas horas seguramente sabes cómo me encuentro y (de alguna manera maquiavélica) yo sé cómo estás en este momento... igual.
Se terminaron las posibilidades de encontrarte en la nacional, o de tropezar contigo en algún café... tampoco coincidiremos en la 30B, ya basta de posibilidades, hoy todo es concreto y solo espero a que den las 5 p.m. para ver tu rostro de nuevo.
1 comentario:
aja como no lo del accidente
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