viernes, 2 de noviembre de 2012

Descanso

Sos mi parte favorita del día.
La platica nocturna,
el arrancarme del alba,
el libro leído,
el beso sorpresivo,
la insistencia del deseo,
la explosión de cada poro que me conforma.
Vos, guerrero
me observaste en esta mi lucha,
me dejaste combatir mi propia guerra
me esperaste paciente
hasta que el crepúsculo determinó el final de comabte.
En mi guerra muchos pecados acumulé,
la soledad con su infamia me golpeo,
sobraron las razones para llorar.
Enemigos dignos tuve,
en algunas batallas no faltaron los cobardes,
no faltaron los traidores.
La muerte acarició mis cabellos.
Al final estás vos
con tu manera de ser refugio,
con tu abrazo de brisa,
enseñándome el lenguaje de tu cuerpo,
regalándome un universo de gemidos.
Cansada, entrego mis armas
luego de la batalla,
el miedo fue mi aliado para no morir,
él me recordaba lo necesario que es tu rostro,
él me alentó a no morir.
Aún sin saberlo,
aún sin antes conocerte,
mi piel estaba destinada
a las mieles de tus manos,
mis labios a la delicia de tus besos,
mis ojos a verte en del viento del camino,
mi voz a pronunciarte en esta noche inmensa.
Ahora puedo abandonarme a tu presencia,
escuchar el recorrido del tiempo,
sentir tu respiración junto a mí,
amar el abrazo con el que me proteges,
agradecer las caricias con las que sanas mis heridas.
Y me doy cuenta,
tu amor me fortalece.

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Hace dos mese inicié una serie de poemas titulado "Homenaje en cuatro orgasmos", este es el final.

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