jueves, 29 de noviembre de 2012

Nada

Abro los ojos y nada me rodea
a lo lejos los gallos cantan
su escandalosa sinfonía
para darle la bienvenida al sol.

Decir que deseo el amor
no es en forma particular especial
en nada cambio la vida de otros,
en nada influyo en los vientos venideros, 
en nada calmo mi propia tragedia.

¿A quién hablar en ese frío inexpresivo?
¿quién entendería el lenguaje de mi piel?
¿dónde y con quien presenciar el fin del mundo?
¿bajo qué premisa vivir los besos que me han sobrado?

Miles de preguntas son las únicas que me ocupan,
no son los números, ni los índices, ni los estigmas los que me aterran
no son las noticias, ni la historia que ya no recuerdo, ni las miradas compasivas
tampoco son las risas egoístas, ni la mirada solidaria, ni todo lo que aún me nutre,
nada.
Solo eso, nada.

Nada es lo que insistentemente siento.


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