Está por terminar mi séptimo día de "descanso" obligado acá en San Salvador, no sé cómo he resistido, de verdad... Víctor ahora me preguntó si me costaba descansar y su pregunta me sonó a señalamiento de una obsesión... si... soy una matadita, ¿qué le voy a hacer?
Fuera de lo molesto de los procedimientos médicos, del tiempo en espera y de tantos otros temas que en otra ocasión les contaré (cuando me pase la pena)... pasó algo que me gustó.
Él se llama Manuel, ha sido de mis mas grandes amores en cuanto a amistades, porque sépanlo... el amor no solo es con parejas, también incluyen amigos. A pues... Manuel es un amigo muy querido, por cuestiones de trabajo y de estudios nos separamos, pasaron casi cuatro años y no sabíamos del otro y viceversa, supe que se fue a España y que las dos ocasiones en las que vino, no nos pudimos encontrar. Lo extrañé mucho, hasta que un día su ausencia fue asumida y le desee lo mejor.
Ahora que ya saben quién es Manuel... les cuento que un día en los que andaba haciendo vueltas y vuelteretes... tas que me lo encontré. Vieran qué chivo es encontrarte a alguien de antaño (jajaja si cuatro años se puede decir que califican como "antaño") y ver que se pueden hablar de todas las cosas que se acostumbraban hablar, como si el tiempo y la distancia solo fueron una forma de encontrarse con otras personas.
Fue lindo encontrarme con una persona que me conoce muy bien... tanto así que cuando le conté que vivo en Suchitoto, lo primero que me dijo fue:
- Voy a hacer una pregunta que sé que te va a dejar sufriendo... En los meses de lluvia ¿Cómo hiciste con lo sapos?
- o_O
- Puesi, te han llevado al peor pueblo del mundo para una persona que le tiene fobia a esos animales, Suchitoto es un "sapoterío" horrible!
Sí, me dejó sufriendo con la pregunta, solo de acordarme de esos horribles animales saltando por todos lados... pero me dio ternura ver que este muchacho recordó ese detalle, recordó cuando me espantaba los sapos cuando íbamos a Chalate a trabajar, me alegró mucho encontrármelo.
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