Ejercicio para recordar que se vive...

Agarre a una loca como yo... no hay problema si es menos o más loca, al final lo adecuado es cierto grado de locura que distinga al individuo del resto de la masa circundante... puede ser neurosis o alguna manía inofensiva la manifestación de la locura... digamos que en mi caso es la manía constante de la puntualidad o de la perfecta ortografía/redacción.

Luego ubique a la persona en cuestión en el contexto de una noche lluviosa... claro, se recomienda que a dicha persona le guste la lluvia, en mi caso... amo la lluvia.

Es necesario que la persona entre en un momento de reflexión sobre la vida que lleva (estilo, forma y contexto) que saque cuentas y que aunque sienta que le quedan debiendo... que esté satisfecha con sus ganancias... a mi me agarró ese momento reflexivo en el trayecto de un bus mientras iba a mi casa...

Justo cuando llegue al punto donde la reflexión le demuestre que a pesar de los problemas, de los cortes, de la explotación laboral, de haberse metido en mil problemas queriendo ayudar, del cinismo propio, del desamor y del amor mismo... justo en ese momento, gire su cabeza, vea a través del vidrio y entrecierre los ojos justo en el momento de pasar bajo una lámpara... y verá la luz defragmentada en las miles de gotas sobre el vidrio... justo ahí... se dará cuenta que se está vivo (o viva, para mi caso).

Tararee su canción favorita y cuando falten dos paradas para llegar a su destino.... bájese del autobus y camine bajo la lluvia.

Aderece la receta con su playlist favorito. Sazone con sal y pimienta de buenos recuerdos y sírvase una taza de café calientito para acompañar al llegar  a casa.

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