sábado, 2 de marzo de 2013

Sábado... otra vez.

¿Soy yo o las semanas están pasando rápido?

No sé que se me hicieron los cinco días de la semana que va terminando y eso que he pasado bastante quieta en casa de mi madre...

No hice ni la mitad de las cosas que dije que haría... quizá me estoy ateniendo al saber que tendré tiempo la próxima semana. No vi a qué hora se fue febrero, no vi a qué hora se me pasó esta semana.

Lo bueno de los sábados es soltar todo... informes, poemas, crisis, aburrimientos, guías, grabaciones, conflictos, desastres naturales y todo lo que (a veces) me quita la paciencia. 

No es que los sábados sean fuera de este mundo, porque al final hago lo que todo mundo hace en una habitualidad casi encadenada, muestra de ello es que termino en lugares con más personas que hacen exactamente lo mismo. La vida no me cambia, siguen los problemas ahí cuando regreso de los sábados, las palabras me esperan para ser escritas, me esperan los nuevos amaneceres para correr como locos. Lo diferente de estos días, de los sábados, es que te materializas a mi lado. 

1 comentario:

Clau dijo...

Y yo estoy empezando a odiar los sábados porque la computadora me gana el mandado y la soledad se materializa a mi lado :(