viernes, 21 de noviembre de 2008

Silvia Lorena

La primera prueba de la existencia de mi hermana Lorena en mi vida es una fotografía en la que salgo abrazada a la panza enorme que tuvo mi madre durante el embarazo... rodaba el octubre de 1983...
Siempre culpe a Lorena de muchas cosas... siempre estuve resentida con ella en mi infancia, claro... me había desbancado del poder supremo de ser hija única, pero el dolor primero fue al nacer... (como si yo la hubiera parido!), no sé que dificultad había, el hecho es que Lorena... no quería nacer... según cuenta mi madre, se pasó de la fecha prevista para el parto y ella... fresca... como si nada, no daba señales de querer salir del vientre. Fue la primera vez en la que reflejaba su naturaleza máxima: se toma su tiempo para cada cosa en su vida. Hasta para nacer!
Internaron a mi madre en el hospital de Maternidad del ISSS, en ese tiempo no estaba donde hoy se ubica, sino que ocupaba el edificio donde hoy es el Hospital Central (también del ISSS)... todas las noches le preguntaba a mi padre: ¿cuándo va a regresar mi mami?... luego de su respuesta me venía la siguiente pregunta: ¿y cuando venga... va a traer a mi hermanito? Recuerdo que un día mi papá me llevó a "visitar" a mi mami al hospital, pero como no nos dejaron entrar (mas bien, a mi) tuve que conformarme con ver a mi madre en bata hospitalaria a travéz de una ventana del segundo piso... saludándome... todavía embarazada. Ese dato me dice que fueron muchos, muchos los días que estuvo en el hospital.
Al fin.. un día, mi mami regresó al apartamento... traía en sus brazos a mi "hermanito", resulta que mi papí pasó un par de días con el sentimiento congestionado porque deseaba tanto un varón!... a y cambio... había nacido una niña... otra! Por un momento hasta el compadre Walter se estaba rajando cuando vio que era niña...porque queria ser padrino del niño... no de la niña... al final la socó y por ahi anda, siendo padrino de todas nosotras...
Lorena fue una bebé hermosa: gordita, chelita, sonrosada, cabello café oscuro con bellos bucles que le caían en la espalda, siempre sonriente... versus a la negrita-seca-sin-gracia que era yo... pero que feliz era al verla acostada en su cuna... tomando apasiblemente su pacha. No sabía lo que me esperaba!
Cuando ella cumplió 2 años y yo 8... mis papás no tuvieron otra opción que dejarnos en casa solas mientras iban a trabajar, asi que desde entonces... y hasta hace poco... la cuidé, claro que mi madrina, quien vivía atrás de nuestra casa, pasaba pendiente de que no fueramos a morir en el intento... Lo recuerdo tan perfectamente y si lo contara con detalle no termino nunca el post... así que solo mencionaré los sustos memorables que me sacó (para verguenza pública de ella...jajajaja):
1. se le perdió a mi madrina una vez que la llevó a Don Rua.
2. jugando con su triciclo... se tragó una aguja de inflar pelotas (hay un documento médico que lo comprueba)
3. jugando con mi primo David a no se que cosa.... le cayó un yunque en la cabeza. Cuatro puntadas.
4. el día que mis papás se casaron por la iglesia, se "perdió", tenía como 6 años entonces... asi que la angustiada novia (o sea mi mamá) casi le da patatus... en realidad se había ido a hacer un mandado con su padrino Walter... y no le avisó a nadie
5. se perdió una vez que nos llevaron a la feria... ya habían pasado los meros dias de la vacación y no estaba lleno, pero ella se las ingenió para perderse por cuarenta minutos... mi madre, que para entonces estaba embarazada de Gabriela casi pare del susto...
6. estaba saltando en la cama, un dia... cuando en un rebote mal dado... fue a caer a la ventana y se hecho como 4 vidrios. Increíblemente... ni un rasguño mas que el mayugón.
7. se subía al árbol de mangos de la casa y luego pasaba gritando para que alguien fuera a bajarla... porque no podía bajar...
y asi... podría enumerar más y más hechos históricos... y apuntar que siempre peleabamos...
Luego crecimos, a pesar de pelear menos, nos pareciamos cada vez menos... es decir, no discutíamos pero las diferencias entre ambas aumentaron... Llegó Gabriela y como que la llegada de ella nos hizo firmar acuerdos de paz.
La vi crecer, a veces no quise intervenir mucho... pero siempre anduve cerca para cuidarla. Me creí importante y la arrogancia me cegó durante mucho tiempo.
Mañana cumple 25 años esta niña que me mantuvo "ojo al cristo", se ha convertido en mujer y en madre de Sebastian, quien se encarga de nivelar la balanza en su vida... ella, un 18 de noviembre (hace dos años) me dijo que estaba embarazada y la vi luchar entre un mal amor y el amor verdadero. Cuando enfermé ella me cuidó, tomó como responsabilidad no dejarme morir, me alimentaba, cuidaba de mi apariencia y hasta me sacaba a la puerta de la casa para que me diera el sol y el viento durante el tiempo de encierro en el que viví el año pasado.
Tengo una nueva fotografía... en la que aparezco abrazada a su panza cuando Sebastian vivía dentro de ella. Ella fue la única que no me juzgo, ella fue la única que se quedaba conmigo en la hora del insomnio, ella me amó en lo profundo cuando yo creí que no era posible ningún tipo de amor, ella no dejó que nadie me molestara... me hizo parte de la vida de mi sobrino y me dijo: "éste es de las dos... te lo presto, para que vivas otra vez".
Ahora pienso en mi hermana... y en los años recorridos sobre un mismo camino... tanto hemos mutado, ahora mas que nunca siento que estamos en el mismo nivel, ya no soy la mayor y ella la menor, ya no soy la mandamas y ella la que tiene que obedecer... ya no... ahora somos nosotras y respetamos a la otra (con todo y las malas decisiones que tomamos) ahora nos reimos juntas, lloramos juntas, cuidamos de Sebastian juntas, jodemos a Gabriela juntas (jeje), creo que aprendimos que el estar con la persona que amas es lo importante, que la familia está ahí, que es la única que se queda a la hora del luto... y a la hora de la party...
Lorena, sunshine, ona, onistica... dodena... Silvia! muchos nombres para esta mujer capaz de amar, bailar, contar un buen chiste y salvarme de la depresión.

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