Nos echamos un par de sistas juntos donde logré ver que su ser irreverente no es solo despierto, sino también dormido. Es loco para dormir! Se enrolla tal cual camarón, se estira, tira patadas, lanza manotazos... la mera verdad uno no duerme muy bien que digamos... a menos que ande muy, muy, muy cansado... se queda apasiblemente dormido, como el miércoles... me acosté después del mediodía en el sofá, sin intención de dormir, pero si de descansar y de tenerlo a la mano, para estar pendiente de que no se matara de alguna manera. Él se había quedado jugando con el alma musical de una cajita de números, cuando de repente, se levantó, se subió al sillón y se acostó sobre mí.
La última semana para él no ha sido del todo mala, pero no del todo buena, lo veo como cansado, como sin energía y un día lo vi que se estaba quedando dormido de pie... si... mi sobrino se queda dormido parado...
El asunto es que ese día, se acostó sobre mi, puso su cabecita sobre mi pecho y empezó a balbucear cosas. He estado tratando que Sebastian diga algunas palabras, siento que no dice "lo suficiente" para su edad, según el pediatra a estas alturas tendría que decir al menos 25 palabras distintas y (al menos) parcialmente descifradas. Sebastian dice poco, creo que lo básico: papá, mamá, agua, ahí, quitá!, "am"* "apa"** y "apos"***... pero pocos han sido los logros, se le ha soltado la lengua y balbucea. Me alegré porque por lo general anda calladito.
Y bueno, ahí estaba el cipotillo acostado sobre mí en gran soliloquio... totalmente incomprensible... pero por el tono bien pudo ser: "vieras que cansado ando, pero ya vas a ver que voy a estar bien, mira... que cómoda sos por cierto, voy a dormirme un ratito..." Dicho y hecho, cerró los ojos y se durmió... y yo también. Como estabamos solos en la casa... no había ruido que interrumpiera nuestra somnifera relación.
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