o de cómo la frase "Ac, ac... adac" volvió a mi vida a golpe de tuit.
Arturo... ¿Qué decir de Arturo?
Tendría que empezar diciendo que es un cuasi-desconocido bien conocido. Me lo encontré vía Gerson Vichez, mientras conversábamos sobre un blog en construcción. He recibido de él los mejores "fav's" y RT's... me infla el ego como no saben. Él está allá y yo estoy aquí, es un troll profesional y comentarista deportivo entregado, insultador del pendejismo y enamoradizo de todo encanto femenino rubio-platinado, pero solo tiene dos amores "reales" entre tanta fémina: La Natalie Portman ... y por supuesto... yo. (Insert Troll Face plis)
Conversar con él, vía tuiter, es como una terapia regenerativa para la bayuncada perdida entre tanto trabajo y cosas de esas serias que nunca he logrado entender. Ya me ha instado a escribir libros con títulos fantásticos como "Confieso que he trolleado" o "Trolleando al enemigo", por supuesto, ambos sabemos que serían Best Sellers y él no tendría más remedio que convertirse en mi representante, pero ¿se imaginan lo terrible que sería para mi tenaz timidez andar en presentaciones, lecturas y firmas de autógrafos? USH...
Recuerdo que le pregunté sobre su identidad en el tuiter, es... literalmente... "Ac, ac, adac", me contestó que se puso así como una forma de honrar a su infancia. Me ganó en ese instante. Un niño que habla sobre honores a su infancia, pensé.
Me hace berrinches de proporciones apocalípticas si lo coloco en medio del resto de mortales, es mi muso... es mi inspiración... es mi re-iniciador en las artes de la alegría desmedida, de la trolleada feroz, de la bayuncada salvadora de tanta tristeza en este mayo mortal.
Gracias Arturo, vos tan lejano y yo queriéndote dar un abrazo, de esos que da una hermana a un hermanito jodedor, porque tenés toda la razón, hay que aprender a reírse de todo y de todos, incluso de uno mismo, para sobrevivir y vivir en serio.
AC, AC, ADAC para vos!
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