jueves, 24 de mayo de 2012

Dicen

Siempre al pensar en el tumulto de gente que vive ahí fuera de mi puerta... pienso que son millones y millones y me da miedo salir. Así soy... soy una combinación mal parida entre timidez y orgullo.

Pero nada... me toca salir.

Y me da miedo encontrarme con más gente, me doy cuenta que hace un par de años me dedico a conocer más gente, antes de esta etapa mi vida era más tranquila y menos temerosa... no conocía a mucha gente, estaba encerrada en ese cuarto imaginario que me rodea.

No me pregunten por qué o quién me hizo salir. El asunto es que salí. Es así como conocí al hombre que es mi mejor amigo ahora, ese otro que me pone apodos amorosos en mensajes de texto con excusa cervecera, o a mis dos socias en la aventura que emprendimos hace un año ya. Se instalaron en una nueva forma de amistad, mas adulta y menos convencional, mujeres que andan ahí pidiéndome lecturas, también se asentaron cerca de mí cipotes de Ciudad Arce y más de algún ser humano materializado de manera mágica a mi lado.

Fuera de ir conocerlos, ellos y ellas me han ido enseñando algunas cosas, un poco olvidadas. Me dicen muchas cosas, comparten conmigo tonterías y seriedades, me regalan tiempo y también paciencia. Me dicen que no desaparezca o que llegue a tiempo para quererme.

Yo no puedo más que quedarme quieta un rato y mirar a mi al rededor y dialogar con esta nueva forma de ser, y amparada a este anuncio comercial que me pasó una de las socias... digo... es cierto... hay mil cosas, millones, que la gente dice, pero lo que ellos y ellas me dicen en estos días grises, son las que de verdad me interesan, me tocan y me enfrentan a todo ese gentío que vive detrás de mi puerta. Me gusta esta mínima porción de multitud que llega y me dice... que hay muchas cosas por decir. 

2 comentarios:

Miguel G dijo...

Hola... un lindo post.
Algún día espero ser alguien que merezca estar en esa pequeña multitud.

KR dijo...

^^

Gracias