lunes, 28 de mayo de 2012

Si yo no tuviera tan podrido el corazón...

si tan solo quedaran fuerzas en él para querer,
estoy segura, te amaría así como estaba acostumbrado,
inmesurablemente.

Pero resulta que el amor es una cosa demasiado complicada,
demasiado llena de frutas podridas,
demasiado drama rezagado que no quiero acoger.

Puede ser que el corazón se me detuvo en el último amor
y dejó claro que ya no quiere sufrir,
porque discúlpeme, estimado señor
pero a veces nos hacen sufrir demasiado y una debe aprender a vivir.

Y de verdad, a veces, a esta justa hora
me dan ganas de tener la misma capacidad de enamorarme
y luego amarte con todos tus errores,
porque no hay otra forma de amar a un hombre
si no es por sus horribles secretos o sus imperdonables cicatrices del pasado.

De verdad quisiera.
Sería tan lindo escuchar lo que grita el mar,
o lo que me murmuran las estrellas
o lo que me señalan las montañas...
sería genial no ser la que soy
sería genial que vos aparecieras en otras circunstancias.

En cambio,
que me abrace la noche,
que me encuentre el sueño
que a vos te regale, la vida, toda la alegría.