Bueno, esa es la teoría de Carlos, quiero creerle...
Es bien particular hablar con él, porque tiene esa manera innata de llevarle la contraria a quien sea y en especial a mí.
Pero lo que dice a veces tiene mucho sentido, aun que yo no se lo diga. Dice él que quiere conocerme y que yo lo conozca, conocerlo no me implica demasiado problema, si el asunto es dejarme conocer y quizá él (y el resto de humanidad) piensen que escondo algo, y no es así... solo que soy desconfiada. Soy huraña porque en el fondo no me gusta encariñarme de alguien y luego que se vaya. No quiero enfrentarme de nuevo a ese sentimiento de abandono.
De verdad que se lo agradezco, el hecho de dejarse conocer y quisiera corresponderle con la misma moneda, de verdad que lo intento, aunque él siga sintiendo que aún no le muestro quién soy. Pero en realidad ¿quién soy? ¿me conozco bien a mí misma como para que otros me conozcan? pero sobre todo... ¿es prudente dejar que los demás lo conozcan a uno así en todo su esplendor?
Mi naturaleza clama un poco de discreción, porque si no...¿qué me quedará a mi? Además, esa misma naturaleza me dice que siempre tendré dudas de los hombres. No es paranoia, es simple observación luego de años y años de verlos pasar.
Le expliqué las razones de mi ser huraño... pero él que es como un niño... no las comprendió. u_u . Al final creo que la loca soy yo.
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