domingo, 6 de mayo de 2012

La gente no se va...

Bueno, esa es la teoría de Carlos, quiero creerle...

Es bien particular hablar con él, porque tiene esa manera innata de llevarle la contraria a quien sea y en especial a mí.

Pero lo que dice a veces tiene mucho sentido, aun que yo no se lo diga. Dice él que quiere conocerme y que yo lo conozca, conocerlo no me implica demasiado problema, si el asunto es dejarme conocer y quizá él (y el resto de humanidad) piensen que escondo algo, y no es así... solo que soy desconfiada. Soy huraña porque en el fondo no me gusta encariñarme de alguien y luego que se vaya. No quiero enfrentarme de nuevo a ese sentimiento de abandono. 

De verdad que se lo agradezco, el hecho de dejarse conocer y quisiera corresponderle con la misma moneda, de verdad que lo intento, aunque él siga sintiendo que aún no le muestro quién soy. Pero en realidad ¿quién soy? ¿me conozco bien a mí misma como para que otros me conozcan? pero sobre todo... ¿es prudente dejar que los demás lo conozcan a uno así en todo su esplendor? 

Mi naturaleza clama un poco de discreción, porque si no...¿qué me quedará a mi? Además, esa misma naturaleza me dice que siempre tendré dudas de los hombres. No es paranoia, es simple observación luego de años y años de verlos pasar.

Le expliqué las razones de mi ser huraño... pero él que es como un niño... no las comprendió. u_u . Al final creo que la loca soy yo.

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