En ese padecimiento ha tenido altibajos, pero ninguno como el de ahora.
Hace dos semanas se hizo una pequeña herida en la pierna, en realidad se veía tan insignificante que ni siquiera nos dijo nada. No le dio importancia. Ayer fue a pasar consulta porque ahora la pequeña herida ya es un hematoma grande y rojo.
Los doctores no dijeron nada positivo, es cuestión de medicarlo mucho y esperar... esperar... esperar.
Espera mi padre, sentado en un sillón sin poder moverse, le duele... y yo espero con él en esta semana más larga que nos espera. Para mientras, cobarde yo... sí... cobarde, me niego a averiguar el futuro. Y si no fuera como soy, a estas alturas estaría pensando en la fe como una forma de alivio a mi consciencia... pero no puedo, no puedo... solo puedo... esperar.
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