viernes, 1 de febrero de 2013

Clint Eastwood y mi papá

Mi papá me preparó muy bien para la vida y ya que un jefe que tuve me enseñó sobre cine de culto e independiente, él se dio a la tarea de enseñarme sobre "otro tipo" de cine. 

Es así como supe de películas de Jackie Chan, Arnold Shuarseneger (me da hueva buscar como se escribe u_u), Stallone, Segal y otros tantos que me generan una desidia que ni les cuento.

Pero entre todo eso, mi papá tuvo la sabiduría de mostrarme las películas de Clint Eastwood... TODAS, en las que actúo muy joven, las que ha dirigido y en las que ha actuado ahora que es un anciano. Han sido pocas las que no me han hecho llorar. 

Iniciando desde "El bueno, el malo y el feo", siguiendo por "One million dolar Baby", pasando por "El Gran Torino" y terminando por la que vi anoche, "Las curvas de la vida".

Inevitablemente me hizo pensar en mi papá y las relaciones filiales, porque puesi, una es hija y está a kilómetros de su casa y eso la hace a una propensa a las nostalgias. 

Pero pensando en profundidad en la temática de la dichosa película que me sacó un par de lágrimas he llegado a tres conclusiones:

1. El 80% de los hombres tienen un serio problema para demostrar afecto como todo mundo lo espera, eso no es bueno o malo, es solo una acotación. Lo bueno es que lo demuestran de otras formas, es cuestión femenina poder descifrar ese lenguaje tan complejo de las emociones masculinas. Entre eso, está el complejo tema de cómo nos protegen, de cómo ellos intuyen lo mejor para las hijas, porque no hay nada más difícil para un hombre que tener una hija... pobre el mío que tiene 3 y que somos tan distintas entre sí, un día que andaba abatido con un asunto cotidiano solo atinó a decir "ser papá es como tener personalidades paternas distintas, hay que adaptarse a cada una de ustedes". 

2. Una vez escuché que, como hija, el tipo de relación que entablas con tu papá determinará el tipo de relaciones que tendrás como mujer. Al escucharlo pensé que se trataba de alguna estupidez que los psicólogos se han inventado, pero me he dado a la tarea de revisar, no a mi papá, ni a las parejas que he tenido y la que tengo, sino a mí misma, solo les diré que es revelador lo que descubrí. 

3. No hay nada como el deporte para los hombres, será la testosterona, la emoción o lo que sea, pero no hay tema (solo se le compara, para algunos, la política) para que los hombres encuentren algo de qué hablar.  Como hija mayor de un fan deportivo me tocó acompañarlo a estadios, escuchar sus análisis deportivos, estar pendiente de tablas de posiciones y otros menesteres. Pero fuera de esas cosas que me dediqué a olvidar para "parecer" intelectual y no parte de una barra, el asunto es la relación que se establece entre hombre-mujer, en este caso padre-hija lo que en realidad abona al deporte. Lo importante es eso... el vínculo. 

En resumen, vean la película... es buena, tiene un par de actuaciones flojas, pero vale la pena verla, yo estoy pensando en llevar a mi papá al cine... a reencontrarnos con Clint, con el deporte y nuestro vínculo invisible.

1 comentario:

iba pasando dijo...

Hace poco vi El Gran Torino ^^ otra vez.