viernes, 17 de mayo de 2013

Mario

Entre las miles de cosas groseras que nos ha dejado algún mayo en los últimos nueve años, está la fecha de la muerte de Mario Benedetti. 

Sisisisi... toda la gente muere, todos morimos en algún momento y él no era la excepción, ya estaba viejo y puesi, debía hacerle espacio a otros en este mundo. Aún así, recuerdo cuando, hace tres años, nos anunciaron que se había muerto. Lo recuerdo tan bien., es curiosa la manera en que una recuerda cosas, existen hechos más "impactantes" que no recuerdo, pero este hecho es tan claro y vibrante, eran las ocho de la noche, era un domingo aburrido y lleno de soledades, yo me replegaba en mis trincheras, en ese entonces más profundas que ahora y existía porque tenía que existir. Así nada más. En ese entonces yo no quería a nadie, no me quería ni siquiera a mí; sí, existe una dimensión peor que la desidia y aquel domingo muerto, justo cuando me enteré que se había muerto me vino a la cabeza uno de sus poemas, de esos que me generan impacto aún ahora y pensé... "este poema es tan lindo que yo debería de tener algún recuerdo de el y no... está vacío de significado". 

Tuvieron que pasar tres años para que un día, no de mayo, no de tristeza... me llegar un correo de Miguel, de esos correos que me manda y que son tan bellos, a veces no me dicen mucho (de sus propias palabras) pero contienen dos o tres poemas, de muchos autores, han desfilado Alfonsina Storni, Buesa, Cortázar, Gelman, Sabines y por supuesto, Benedetti.

Hoy este viejito tiene otro significado, existe un "algo" que se identificó conmigo, por un correo, por un charla entre cerveza, por una caricia en la oscuridad, por una película llena de sus poemas recitados en alemán...   no importa qué, aquel poema que recordé cuando supe de su muerte cobró sentido, solo porque si, porque resulta que me quieren y yo quiero (no solo a mí misma, sino a otro).

Te quiero
Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos,
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia.

Si te quiero es porque sos
mi amor, mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.

Tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro.

Tu boca que es tuya y mía
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía.

Si te quiero es porque sos
mi amor, mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.

Y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo
porque sos pueblo te quiero.

Y porque amor no es aureola
ni cándida moraleja
y porque somos pareja
que sabe que no está sola.

Te quiero en mi paraíso
es decir que en mi país
la gente viva feliz
aunque no tenga permiso.

Si te quiero es porque sos
mi amor, mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.

Chau Mario, nos encontramos en el próximo mayo. 

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