Mayo está castigándome creativamente este año... no, no han sido muertes, ni enfermedades de la familia, incluso ni siquiera mis quejas médicas podrían catalogarse como tragedias... lo que sucede es que no llueve.
Parece mentira, parece que en todo el país ha caído, al menos una, tormenta fuerte que ha refrescado los ánimos de este pseudo paisito tropical, en cambio, pareciera que donde llego, llega una gran sequedad.
Tanto ha sido la desfachatez de esta sequía, que ya se han formado grandes promontorios de nubes negras, hermosas y cargadas de agua... se desata el viento de vendaval y de repente... nada... silencio, sequedad, muerte.
Lo sé, les parece exagerado de mi parte, como siempre hago gala de mi dramatismo con el que veo este horripilante mes. Pero entiendan, que llueva es de los mejores recursos que tiene la vida para aliviarme las penas. Porque cuando llueve me da la sensación de que vuelvo a vivir, que alguien me besa, que me regalan un abrazo, que se preocupan por mi, que renazco y dejo atrás toda la tristeza, por ende, esta sequía no solo es agobiante, es casi necesaria.
Hace un rato, salí al patio de la casa, caían dos o tres pingas de agua... no fueron suficientes. u_u No sé hasta cuándo pueda resistir esta ausencia. No lo sé.
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