Tuve muy buenos motivos para estar de mal humor, para alterarme y desporticar: una imprenta, una bateria sin cargar, una laptop sin espiga... pero no lo hice.
Anoche tuve muchos buenos motivos para llorar: la melancolía, el inevitable recuerdo de accidentes pasados, un rostro que nunca conocí... pero no lloré.
Anoche tuve alegría, emoción y estabilidad, ayer vi rostros muy conocidos y uno que otro reciente y fue maravilloso.
Anoche... anoche llovió. Anoche fue una noche feliz!
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