jueves, 7 de enero de 2010

Altas horas de la noche

o casi llegando a la madrugada siguiente.

No entiendo porqué razón nunca puedo regular mis ciclos de sueño, la cara de mapache nunca se me va a quitar e insistirán algunas voces femeninas a mi alrededor con el sabio consejo de ponerme tibias bolsitas de te en los ojos para pasar la desinflamada.

Ash, cuál es la alta hora de la noche? ¿acaso hay una chaparra hora de la noche? No lo sé, lo que si sé es que esta hora en particular tengo una pierna dormida, que a lo mejor sea la parte de mi cuerpo que me recuerda: "hey... tenemos que dormir", también es hora de escuchar el blog donde siempre es de noche y hay buena música, recordar que mi alero conversacional tiene un par de noches de ausencia y que mi jefa me escribe siempre a las 11 p.m. y que hay una llamada perdida en mi celular desde hace una semana... y que ya sobrepasó la fecha límite de corresponder.

A esta hora se me ocurre contar historias extraordinarias y todo mundo está dormido... se me ocurre confesarme y todos los confesionarios están cerrados (hasta nuevo aviso)... se me ocurre que a lo mejor sería bueno poder manejar hasta donde me alcance la vigilia y ver hasta donde llego. A esta hora necesito un café o un ron, también caería bien un cigarro o un buen amante, en fín... esta hora, alta, blanquecina y bella siempre me deja muchas cosas que pensar para el día siguiente.

¿Qué estarás haciendo ahora vos?

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