sábado, 9 de enero de 2010

Lo terrible de...

tardes como ésta, está en mi incapacidad de comunicación, de mi impaciencia e intolerancia y es que entendeme, por favor, ya no puedo más con esta carga.

Sé que buscas mi refugio, sé que anhelas mi palabra esperanzadora, que estás rotundamente segura de mi balance, no nos engañemos, soy un desastre emocional.

Perdoná, pero hoy no entiendo tu llanto.

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