sábado, 30 de enero de 2010

Trabajar

El hecho de trabajar desde la casa tiene sus pro's y contras's. No logro ubicar a Sebastian en  ninguna categoría.

De repente, cuando estoy más concentrada, más ensimismada, pensando cómo desatar el nudo de la trama, aparece él... no sabe de mis pequeñísimos sufrimientos banales, le pela todo, él lo que quiere es jugar.

Con el tiempo y gracias al condicionamiento familiar ha ido aprendiendo.

Escena:
Niño de dos años y medio en la puerta de mi cuarto... toca insistentemente la puerta (no sé si con el puño o el pie). Abro y lo encuentro ahí... arrastrando algún juguete, me mira y me suelta la siguente pregunta: "¿Estabas trabajando, Karla?" yo inmediatamente le digo que sí.... él... impunamente entra y dice: "ah, que bien.... vengo a jugar".

Ayer, como ya había sucumbido al cansancio y a la desidia y la niña no estaba reparada aún, cuando apareció por ahí... yo misma lo llamé, jugamos. Tenía muchos días de no jugar "así" con él.

Mi ventaja de trabajar desde la casa, no radica en los horarios flexibles, ni el bajo mantenimiento económico para ir a mi oficina, o para otros menesteres dignos de mentes adultas. Mi ventaja, mi verdadera ventaja es tener cerca a la persona indicada para recordarme que es bueno reírse a diario.

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