Conmemoración de la Clase Trabajadora

¿Clase trabajadora? ¿Socialismo? ¿Protestas? A estas alturas estos conceptos ya no tienen la misma definición. ¿Quiénes son los miembros de la clase trabajadora? ¿quién ejerce el socialismo de verdad? ¿quién tiene la mejor manera de protestar?

Desde bien cipota la historia de cómo inició todo este asunto del Día Internacional del Trabajo siempre me apasionó. Leía y releía cómo los Mártires de Chicago entregaron en honrosa oblación sus vidas para que una lucha tuviera sentido y se lograran avances en cuanto las condiciones laborales favorables, en ese entonces, el establecer jornadas laborales de ocho horas. 

Por supuesto, luego leí de otras personas que durante la historia decidieron seguir con la búsqueda de justicia social: Rosa Luxemburgo, León Trotski, Emma Goldman, Alexander Berkman. 

Una es tonta cuando joven, una no entiende que la historia se forjó en ciertas condiciones y que dichas condiciones no son las mismas de la actualidad. 

Durante años admiré a los actuales defensores de los derechos laborales en el país, pero ya lo he dicho, una de joven es algo tontuela, se deja llevar por los entusiasmos ideológicos, se es incendiaria en esa época y cree que los milagros sociológicos que se dieron una vez se dan cada vez que se nos antoja. No. 

Durante unos meses trabajé con sindicalistas, ha sido unos de los peores trabajos que he tenido, no solo porque son explotadores y no cumplen las leyes laborales de este país, sino porque ver tales incoherencias me hizo pensar más allá de las luchas reivindicativas de estos grupos, tanto nacionales como internacionales. 

Quizá sea una extremista, quizá no logro comprender que "el pueblo unido, jamás será vencido" no es tan pueblo, ni tan unido... y que siempre nos vencen los más poderosos políticamente y saben qué es lo peor... que no hay nada, ni nadie que nos lleve a una educación política y social acorde a las actuales necesidades.

Hace unos días me gané un par de tuits algo encachimbados por mi comentario sobre las muestras de protestas que incluyen zapatos y papel higiénico, será que ya no tengo ese candor idealista o que acaso ya no me sorprende casi nada de nuestra palestra política y si no surge un líder real no hay mucho que esperar.

Este es mi primer 1ero. de Mayo en el que la palabra reivindicación tiene sentido para mí, pero no porque la ideologización siga teniendo el mismo efecto que tuvo cuando era una cipota, sino porque tengo topados en un juzgado de lo laboral a un grupo de sindicalistas que son los seres más incoherentes que he conocido.

Marchen, marchen queridos... nos vemos en el juzgado.